Hace unos días leímos una noticia que hablaba sobre las estadísticas de accesos a los diferentes portales católicos que existen en España. No soy de quienes dan importancia a los números y las estadísticas, ya que siempre hay incertidumbres es cualquier medición de relevancia en las redes. De todas formas, no puedo menos que sentirme afortunado por ser parte de Religión en Libertad. ReL es una realidad de comunicación católica que tiene mucho que decir en estos momentos y seguirá ofreciendo “algo” que es escaso en las redes: esperanza. Mi sincero agradecimiento a Alex Rosal por haberme invitado a participar en ReL y poder compartir con ustedes mis humildes reflexiones. Pido a Dios, ser herramienta dócil en sus manos. Nada más.
Cuando se habla de números y relevancias, es más interesante leer los comentarios que se hacen a estas noticias. Sin duda, esta noticia evidencia muchos aspectos que superan el recuento de usuarios que visitan unos u otros portales. Seguramente todos visitamos la mayoría de los portales, aunque en proporciones diferentes. Entre los comentarios he leído muchas felicitaciones por la labor de ReL. Me uno a las felicitaciones sin duda alguna. He leído algunas protestas por la falta de relevancia que tienen determinados portales. También he leido algunos comentarios, pocos, que se quejan de lo “light”, “suave” y “poco beligerante” que es ReL. Tienen toda la razón. Es lo que marca la diferencia. Ofrecer esperanza no es beligerancia. Recordemos que el Señor nos indica que debemos ser mansos como palomas y al mismo tiempo, astutos como serpientes (Mt 10, 16). La esperanza tampoco es algo pesado y tedioso. Recordemos que yugo que nos ofrece el Señor es suave y su carga ligera (Mt 10, 30). Integrar La unidad no es fácilmente vendible en los medios, aunque sea lo que atraiga con más fuerza. Amplificar el mal y lo que nos divide, tiene el atractivo de la exclusividad y el elitismo. Pero no tenemos que olvidar que Cristo esta en medio de nosotros, como nos reunimos en su Nombre (Mt 18, 20) y Cristo es Yo soy manso y humilde de corazón (Mt 11, 29). Sin duda, editar y difundir esperanza es un escándalo para el mundo actual. Un mundo que da más valor a la división y el enfrentamiento, que a la docil unidad que el Señor nos ofrece. La violencia engendra violencia, no lo olvidemos. Quien a espada mata, a espada muere (Mt 26, 52).
Hay otra cosa, que debemos considerar en la tentación del Señor: podía haber precipitado a su tentador al abismo, pero no hizo uso de su poder personal; se limitó a responder al diablo con los preceptos de la Escritura Santa. Lo hizo para darnos ejemplo de su paciencia, e invitarnos así a recurrir a la enseñanza más que a la venganza… ¡Ved qué paciencia tiene Dios, y cuál es nuestra impaciencia! Nos dejamos llevar por el furor tan pronto como la injusticia o la ofensa nos alcanzan… (San Gregorio Magno. Homilías sobre el Evangelio, n° 16)
Lo que es realmente un escándalo, para el mundo actual, es defender la integridad de la Palabra de Dios sin violencia. Defender la presencia de Cristo sin generar dolor entre nosotros. Defender que la Iglesia es mucho más que quienes la componemos, con humildad y sin vanagloriarnos de ello. Ser signos de contradicción siguiendo las pisadas del Señor e ignorando el marketing de enfrentamiento que tanto vende.
Quizás esto es lo que hace a ReL diferente y lo que permite al Señor utilizarnos como humildes, limitadas e imperfectas herramientas en sus manos. El Agua Viva que el Señor ofrece a la Samaritana no proviene de fuente material, sino del Espíritu mismo de Dios. Quiera el Señor que ReL siga ofreciendo esperanza que calme a sed de muchos y que lo haga dando gracias humildemente.