Desde hace más de un siglo, Cáritas Internationalis sirve a la humanidad con un servicio desinteresado. Por ejemplo, cuando sucede una crisis, Cáritas Internationalis
entra en el terreno abriendo los brazos para trabajar por los hermanos necesitados, lo
mismo en Venezuela que en Irak, en Siria o Etiopía.

Las cifras más valiosas para Cáritas son las personas. El jueves de la semana
pasada, el Papa Francisco inauguró en Roma la 21 Asamblea General de Cáritas
Internationalis con una misa en la Basílica de San Pedro. Este encuentro se celebra
cada cuatro años.

Cáritas Internationalis ha desarrollado un modelo operativo para los años
2019 y siguientes que está compuesto por cinco estrategias:


Estrategia 1: servir por amor. Caritas tiene la misión de promover el desarrollo
humano integral a la luz del Evangelio y de la fe católica. Por ejemplo. mientras que
muchas agencias humanitarias se están retirando de Siria, Cáritas ha comenzado un
proyecto para los próximos tres años que llegará a dar alimento, techo y medicinas a
70 mil de los más vulnerables residentes de Alepo.


Estrategia 2: reducir el impacto de las crisis humanitarias con respuestas
rápidas a través de Cáritas locales, como las emergencias provocadas por catástrofes
naturales.


Estrategia 3: erradicar la pobreza formando comunidades. Por ejemplo,
Madagascar no se ha podido levantar desde hace cuatro años a causa de los efectos de El Niño convirtiéndose en uno de los países con más alto índice de desnutrición
infantil. Los últimos tres años, Cáritas ha llevado alimentos básicos a aldeas remotas,
instalando comedores al aire libre y enseñando a sus habitantes a construir pozos y a
sembrar semillas resistentes a la sequía.


Estrategia 4: construir la solidaridad mundial intensificando las voces de los
pobres. En la actualidad, 800 millones de personas sobreviven en extrema pobreza en
el mundo, es decir, sobreviven con menos de 1,90 dólares en el bolsillo al día.

Estrategia 5: mejorar la eficiencia para salvar de la tragedia a los más pobres y
marginados.

Pero lo que quiero resaltar es una reflexión del Papa en su homilía de apertura
de este Encuentro que me parece importante para cualquier asociación católica que
quiera servir al prójimo. Sin humildad, comunión y renuncia, no se puede estar en el
camino de servicio de la Iglesia.

El valor de la renuncia nos asegura que seguimos a Jesús. La comunión nos
lleva con seguridad de la mano de la obediencia y de la mano de la identidad. La
humildad es la garantía que nos hace ver más allá de nuestros criterios, estando
dispuestos a cambiar, a escuchar y a abrir el corazón por el bien de los demás.

A veces me da la impresión que cada quien quiere hacer “su” obra, “su”
proyecto, sacar adelante “su” buena idea. Desde luego, esto siempre con buenas intenciones, no hay duda. Pero, tal vez, con esa humildad, comunión y renuncia que
nos recuerda el Papa, podremos hacer un bien mayor y esto es lo que cuenta y lo que
tanto agrada al Señor.