A cuenta de aquel artículo el feminismo autonómico saqueó el catálogo de adjetivos malsonantes para dedicármelos en una carta al director que me tomé con humor, como un gaje del oficio, que será más o menos lo que haga el arzobispo de Granada, Javier Martínez, quien seguramente acepte con resignación cristiana la que le cae encima porque su editorial, Nuevo Inicio, ha editado el libro Cásate y sé sumisa, de la escritora italiana Constanza Miriano. Para el PP la publicación es un despropósito mientras que IU pide al fiscal que intervenga por si el texto incita a la violencia contra las mujeres. En lo que se nota que no lo ha hojeado porque en ese caso le diría en qué página concreta la autora propone a las chicas que se dejen moler a palos por sus maridos macarras mientras les planchan las camisetas de manga a la sisa.
Si tuviera que juzgar un libro por el título no habría leído La increíble y triste historia de la Cándida Eréndida y de su abuela desalmada, así que mientras no le eche un vistazo al de Miriano no engrosaré las filas de los que se suman a la crítica fácil, circunscrita curiosamente a este caso. Que yo sepa nadie pidió en su día que se retirara de la cartelera la película Todos los hombres sois iguales, que retrata al varón como semental en grado de tentativa, mal padre y peor esposo. Se lo comento a unas amigas y argumentan que quieras que no nosotros somos así. Claro. Va a ser eso.