El pasado día 18 de mayo de 2012, me preguntaba yo para cuándo el Día Mundial del Cristiano Perseguido (). La fecha propiamente no existe en los calendarios internacionales ni de las naciones ni de las organizaciones internacionales. Pero sí existe, en cambio, y me alegro de poder decírselo, el Día Internacional de Oración por la Iglesia Perseguida, promovido por la Comisión de Libertad Religiosa de la Alianza Evangélica Mundial, de signo protestante como a ninguno de Vds. se le oculta.
La fecha escogida para la celebración del evento es el segundo domingo de noviembre, es decir, este año 2013, tal día como hoy, elegida así por ser noviembre el mes en que la Iglesia honra a todos los santos de la cristiandad, como bien demuestra el hecho de que el mismo se abra con la celebración del día de todos los santos, entre los cuales tienen un lugar privilegiado todos aquéllos que pierden la vida a causa de su fe cristiana.
Este año, el Día Internacional de Oración por la Iglesia Perseguida está especialmente dedicado a los cristianos de la India, objeto de creciente persecución por todos aquellos radicales religiosos, en este caso hinduístas, que desean y “trabajan” por una India sin minorías de otras religiones. Una persecución de la que en este escenario concreto, son víctima también otras minorías religiosas, como la islámica.
No se trata de una iniciativa de la ONU, que es a nuestro juicio quien debería impulsarla como ya impulsa muchas otras que debe considerar más “elegantes”, aunque desde luego no tengan la gravedad ni produzcan el número de víctimas que la persecución religiosa produce cada año, evaluable en muchas decenas de miles, la mayoría de ellas cristianas, pero no sólo cristianas. Tampoco de la Iglesia Católica, a la que invitamos a tomar la iniciativa cuanto antes por lo que respecta a un tema tan delicado como el que aquí denunciamos. ¿Cómo es que en nuestras parroquias se pide con tan escasa frecuencia por los más de 100 millones de cristianos del mundo que viven en escenarios donde se fe representa para ellos una dificultad, pagada a veces con la misma vida? ¿Cómo es que en nuestras parroquias no se expone tal como es la realidad crudelísima que sufren los cristianos en muchos lugares del mundo? No. Se trata de una iniciativa de las iglesias evangélicas que no nos produce ningún empacho anunciar, dar a conocer e impulsar desde esta columna.
Así pues, querido amigo ¿por qué no dedica Vd. tal día como hoy una oración, un recuerdo, a todos nuestros hermanos perseguidos en el mundo? A más, a más, ¿por qué no dedicárselo a todos aquellos que, cristianos o no, tienen dificultades para profesar y practicar su fe con entera libertad, a muchos de los cuales el solo hecho de pertenecer a una familia, a un barrio, a una aldea percibida por los que le rodean como una “excepción”, como una “anomalía” religiosa, les cuesta la vida y en todo caso la tribulación?
Tomen conciencia del tema, queridos amigos, infórmense y divúlguenlo para que sea conocido. Parecerá banal, pero con tan poco, podemos hacer mucho bien a muchas personas en el mundo que lo necesitan mucho.
©L.A.
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