TARDE DEL 25 DE JULIO DE 1936

El templo expiatorio del Tibidabo fue concebido desde un principio como pedestal de una gran estatua del Corazón de Jesús: esto aparece ya en el primer boceto del arquitecto Enrique Sagnier. La gran estatua plasma el deseo de proclamar que Cristo es el Amor sobre todo amor para los creyentes, y de colocarlo en el lugar supremo del universo, como afirmación de su señorío o realeza universal, con un reino de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, el amor y la paz.

Año y medio después de aquella gozosa jornada del 3 febrero de 1935, tras el estallido de la guerra civil española, la tarde del 25 de julio Julián Gibernet Munt, de 45 años y de profesión guardia urbano de Barcelona, se fue a lo alto del Tibidabo junto con un grupo de republicanos. Una vez allí, ató una cuerda al cuello de la estatua del Sagrado Corazón de Jesús que coronaba la montaña. Todos tiraron con fuerza y la imagen cayó.

La imagen fue fusilada y con un soplete le cortaron la cara y la mano derecha.

Luego firmaron la profanación: CNT-FAI (Confederación Nacional de Trabajadores – Federación Anarquista Ibérica).

1961. REPOSICIÓN DE LA IMAGEN NUEVA

La estatua actual, obra de José Miret, se fundió en bronce en los talleres de Barberi de Olot (Gerona). Tiene 7 metros y medio de altura y pesa 4.800 kilogramos. Fue bendecida en la terraza delantera del templo el 3 de diciembre por el doctor Modrego, obispo de Barcelona y fue subida el 10 de octubre de 1961, al cumplirse los 75 años de la donación de la cumbre a san Juan Bosco. Bajo estas líneas, traslado y colocación de la nueva imagen.