La noche de los zombis, brujas y fantasmas que se ríen de los muertos, como si fuera un juego inocente, mueve más de 7.000 millones de dólares en Estados Unidos. Lo que oyen: sie-te-mil-millo-nes-de-dó-la-res.
Son datos de la Fundación Norteamericana National Retail (NRF), según la cual cada americanito de a pie se gastará en la noche de Halloween 75 dólares de media en decoración, disfraces, dulces y diversión.
Sólo en esqueletos de tamaño natural, telarañas de mentira y otras baratijas el gasto se dispara hasta 2.000 millones de dólares. Casi nada.
Es el gran negocio de Satán, del cual ya sacan tajada también en España, donde tiendas y grandes almacenes de la marca que sea exhiben por doquier calaveras, esqueletos y calabazas.
Si supieran que juegan con fuego…
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