[Arzobispo Josef Tomko, Eslovaquia, abril de 1980]

Qué opinión les ha merecido Torreciudad.

El santuario impresiona a los visitantes y también a los obispos. Positivamente. En aras de la brevedad, nos limitaremos a algunas citas de los periódicos y otras de los libros de firmas.

La primera corresponde al nuncio apostólico en España, monseñor Innocenti, quien dijo: «Es un magnífico santuario, situado en un sobrio paisaje, que contiene una joya preciosa, la Virgen, expresión más alta de la dulzura del Señor"[1]. Dos años más tarde, en una nueva visita al santuario, monseñor Innocenti afirmó sobre la devoción a la Virgen de Torreciudad que, «si después de nueve siglos se sigue rezando a la Virgen con este fervor, es que hay en el hombre algo permanente, y estas tradiciones son la fuerza y la raíz de los pueblos". Además, calificó a los santuarios como lugares de reconciliación: «Tenemos necesidad de ideas claras para ver lo que somos y lo que debemos ser, y en este contexto es muy necesario acudir al Sacramento de la Penitencia»[2].

La segunda, de monseñor Costalunga, de la Sagrada Congregación para los Obispos. «Mi impresión personal es de emoción y de alegría al llegar a este encuentro con la Virgen, aunque para encontrarla haya que hacer tanta carretera. En medio de estas montañas, en esta soledad, se encuentra aquí un ambiente muy propicio para la meditación y la oración. Destacaría la devoción de los peregrinos, el recogimiento, la dignidad del culto, el acompañamiento del órgano. Todo esto ofrece al fiel la posibilidad de un coloquio muy filial con el Señor y con la Virgen»[3].

 

[Nuncio Mario Tagliaferri, octubre de 1989]

La tercera, de monseñor Clarizio, arzobispo de Anzio, quien refiriéndose a la Ruta Mariana dijo que era «un paso más en la urgente tarea de coordinar todos los santuarios del mundo». Destacó el clima de oración y penitencia del santuario[4].

Para el arzobispo de Toulouse, monseñor André Collini, que visitó el santuario en julio de 1986, Torreciudad es «un lugar de conversión, de piedad popular y de curación moral. He de destacar también el esfuerzo de acogida espiritual, con tantos lugares donde se puede rezar, con el culto y la palabra de Dios, íntimamente entremezclados»[5].

 

[Cardenal López Trujillo, presidente del Consejo para la Familia,  septiembre de 1995]

Del libro de firmas hemos seleccionado lo que escribieron el cardenal Gagnon, el obispo Nowak y el obispo Melzer. Escribe el cardenal Gagnon el 5 de julio de 1986: «Con todo el corazón agradezco a la Virgen de Torreciudad y a los que con tanto amor le sirven aquí, las gracias recibidas en Pamplona y en este santuario. Sigamos muy unidos en los SS. Corazones de Jesús y de María, fieles a las pautas trazadas por el gran Siervo de Dios Mons. José María». El obispo de Czestochowa, Stanislaw Nowak, escribió lo siguiente: «Que Dieu bènisse ce lieu saint des prières, des conversions, des reflexion... Je demande la Sainte Vierge de Torreciudad que prie pour tute le Pologne» (13-II-1988). Finalmente, el obispo auxiliar de Colonia, Manfred Melzer: «In hoc die quarto anniversario ordinationis mei ad episcopatum gratias ago Deo omnipotenti propter vitam et doctrinam Beati Josemaria Escrivá de Balaguer. Haec est voluntas Dei: sanctificatio vestra (1 Tess 4,3)» (10-IX-1999).

[1] El Comercio (Gijón), 25-VIII-1982.

[2] Diario de Lérida, 5-VIII-1984.

[3] Nueva España, 26-IX-1982.

[4] El Pirineo aragonés, 15-II-1985.

[5] Torreciudad Boletín, II-1987.