Se llama Jolanda (Yolanda), es polaca y me ha autorizado a publicar su nombre y correo electrónico enviado en castellano para que sirva de ejemplo a quien pueda necesitarlo.
Es obvio que Jolanda es una mujer de Dios, paisana de nuestro inefable beato Juan Pablo II, a quien profesa también gran devoción.
Su experiencia, a propósito del inmenso poder del agua exorcizada, dice así:
"Que Jesucristo reine sobre nosotros!
Que la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo le cubra y proteja contra el Maligno.
Muy estimado José María:
¡Tiene mucha razón en que el agua exorcizada tiene un gran poder!
Estos días he estado en cama con una especie de gripe. Tenía una fiebre muy extraña, que subía y bajaba con demasiada rapidez, acompañada de vómitos.
Cada noche me veía obligada a levantarme tres veces de la cama para ir al cuarto de baño, y encima el dolor de cabeza me impedía dormir.
Pero gracias a Dios, cada mañana, a las 7:00, me sentía con fuerzas para asistir a la Santa Misa, tras la cual regresaba a casa para meterme de nuevo en la cama.
Como estoy sin trabajo, no tenía dinero ni para comprar medicamentos. ¿Qué podía hacer entonces? Pues rezar, como hago cada día, las cuatro partes del Santo Rosario (200 Avemarías en total).
La noche del pasado día 13 de septiembre, víspera de la Protesta Nacional en Varsovia contra la política liberal del Gobierno de Donald Tusk, la cabeza me dolía muchísimo y vomité numerosas veces. Fue entonces cuando recordé lo que usted había escrito en su blog y en facebook sobre el poder del agua exorcizada.
Así que cogí la botella de medio litro de agua exorcizada que siempre llevo conmigo y empecé a recitar las oraciones al Arcángel San Miguel y la Omnipotente Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles. Sin moverme de la cama, rocié con agua exorcizada todo el dormitorio mientras hacía la señal de la Cruz una y otra vez.
Así que cogí la botella de medio litro de agua exorcizada que siempre llevo conmigo y empecé a recitar las oraciones al Arcángel San Miguel y la Omnipotente Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles. Sin moverme de la cama, rocié con agua exorcizada todo el dormitorio mientras hacía la señal de la Cruz una y otra vez.
Poco después, comencé el Santo Rosario pero no pude meditar cada misterio por carecer de fuerzas. Al terminar de rezar cesó por completo el dolor de cabeza y desaparecieron los vómitos. Pude dormir así toda la noche sin despertarme ni una sola vez.
A la mañana siguiente, me sentía ya plenamente restablecida. Asistí a la Santa Misa para agradecer a Nuestro Señor Jesucristo y a Su Santa Madre que me hubiesen curado en una sola noche sin necesidad de medicamentos.
A la mañana siguiente, me sentía ya plenamente restablecida. Asistí a la Santa Misa para agradecer a Nuestro Señor Jesucristo y a Su Santa Madre que me hubiesen curado en una sola noche sin necesidad de medicamentos.
Gracias a Dios, pude estar finalmente en la protesta junto a mis compatriotas en la Plaza del Castillo de Varsovia, donde el líder del sindicato Solidaridad (una de las fuerzas convocantes), Piotr Duda, pidió la recogida masiva de firmas para disolver el Parlamento y acabar con esta legislatura en la que se han tomado medidas que perjudican seriamente a los trabajadores, como el aumento de la edad de jubilación a los 67 años, los planes de flexibilización de la jornada laboral y la proliferación de los “contratos basura”.
En la unión de los Dos Corazones Sagrados.