Muchas personas que establecen una relación de pareja dan la sensación de no saber exactamente lo que han hecho.
Parece que todo se mantiene dependiendo de su estado emocional, y no se dan cuenta de que, cuando esa emoción se pase, la relación puede quedar «hecha trizas» si no se apoya en algo más solido que solo el sentimiento.
Como consecuencia de esta mentalidad, se puede considerar que la vida sentimental de una persona consiste en una serie de relaciones de pareja que tendrá a lo largo de su vida, Que duraran lo que dure el sentimiento. Entre relación y relación, sufrimiento, o al menos, soledad. Hasta que el sentimiento empiece a funcionar con otra persona. Con el paso del tiempo, probablemente, más sufrimiento y soledad con la sensación añadida de que el tiempo se ha acabado.
El amor no es solo sentimiento sino tambien inteligencia, para saber que es lo que hay que hacer para seguir queriendo y voluntad para hacerlo. Muchas veces se sabe, pero no se hace.
Hay que tener en cuenta que en las relaciones nadie puede conseguir lo que quiere solo. Las personas se asocian unas con otras, y si lo hacen es porque esa unión va a reportar beneficios a ambos. Al asociarme pierdo libertad, en favor de la relación con el otro.
Es decir, algunas veces, dejo de hacer lo que me gusta en favor de lo que es bueno para el otro, esto es, de lo que es bueno para la relación.
Cuando una persona se asocia con otra, se genera un compromiso entre ambas, ya que el comportamiento de una de las partes inevitablemente condicionará la forma de actuar de la otra.
Este sometimiento de mi libertad a la del otro en función de unos objetivos comunes —que enriquecen a la pareja— es disciplina, la cual es necesaria para permanecer inteligentemente juntos, sin tiranizar, ni esclavizar.
A muchas relaciones de pareja hoy en día les falta esta disciplina.
Queremos los beneficios de la pareja, y a la vez los de vivir como si no hubiéramos establecido ningún vínculo en la relación, y eso no es posible.
El desarrollo posterior de estas uniones será realmente complicado. No se puede querer sin perder algo de libertad. Toda aquella libertad que es mala para el mantenimiento del amor. Y si es mala, es que ya no es libertad, sino libertinaje.
Va contra el compromiso.
Luego culparemos a la vida, a la sociedad, etc., y no a la incapacitación personal que viene provocada por la falta de lucha personal. No queremos admitir que todos los compromisos tienen su parte de esfuerzo y sacrificio.
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