La jornada tendrá lugar dos días antes de que el comandante en jefe de los Estados Unidos ordene previsiblemente la intervención bélica en un país en guerra civil, lo que añadirá las balas de Broadway a las autóctonas. Aunque no se asuma, en las guerras, inmorales por definición, vale todo, incluso la utilización de armas químicas, que es la gota de hache dos o que ha desbordado el vaso de Obama, el americano que ha permanecido casi impasible ante el uso de la metralla tradicional en la contienda. Barak debe de haber llegado a la curiosa conclusión de que morir por el mordisco de un perro rabioso es peor que ser devorado por una camada de dogos.