Entre los muchos datos que el tercero de los evangelistas aporta para emplazar históricamente el nacimiento de Jesús, uno de ellos es particularmente importante: el del censo en cumplimiento del cual, José se dirige a Belén y en el curso del viaje nace Jesús.
“Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue” (Lc. 2, 3-7)
Ya tuvimos ocasión de conocer que dicho censo, efectivamente, no es un desconocido para el historiador bíblico y que existe una clara referencia arqueológica al mismo, de la que puede Vd. saberlo todo pinchando aquí.
El tema sin embargo no se agota aquí, y es que Lucas aporta sobre dicho censo otra pieza informativa de la máxima importancia, cuando indica que “este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Quirino [o Cirino]” (Lc. 2, 2).
¿Cuál es el problema que da lugar a la que damos en llamar la “Cuestión Quirinio” suscitada en el Evangelio de Lucas? Pues bien, que según todo apunta en las fechas que nos barruntamos el gobernador de Siria era Sentio Saturnino -en tal sentido se pronuncia entre otras fuentes el cristiano Tertuliano- y el Quirino que cita Lucas era, en dicho momento, gobernador de Panfilia-Galacia. Y si bien es cierto, según sabemos entre otras fuentes por el historiador judío Flavio Josefo, que Cirino terminó siendo gobernador de Siria, ello sólo ocurrió en el año 6 d.C., coincidiendo justamente con la deposición del Rey Arquelao de Judea:
“Augusto agregó luego a la provincia de Siria el territorio que había estado sometido a las directrices de Arquelao. E inmediatamente fue enviado allá por el Emperador un hombre perteneciente al orden consular, Cirino, con la misión de proceder al censo de las propiedades existentes en la referida provincia de Siria y de vender el patrimonio de Arquelao” (cf. Ant. 17, 13, 5)
Y más adelante:
“Cirinio, perteneciente al orden senatorial, quien había desempeñado las demás magistraturas y que, después de pasar por todas ellas, había llegado incluso a cónsul y que era importante como pocos por su categoría en los demás aspectos, se presentó en Siria, adonde fue enviado por Augusto para administrar justicia entre las gentes y para efectuar el censo de sus propiedades” (Ant. 18, 1, 1).
Un nuevo censo, aunque éste parece que específico para los judíos (“con la misión de proceder al censo de las propiedades existentes en la referida provincia de Siria y de vender el patrimonio de Arquelao”), que halló violentísima resistencia y terminó dando lugar a la que podemos llamar Guerra del Censo, un episodio más de la tenaz resistencia judía contra el poder romano, liderada en este caso por Judas el Galileo. Cirino cesa como gobernador de Siria en el año 12 d.C..
¿Qué explicación cabe dar pues, según todo lo expuesto, al dato que aporta Lucas sobre el hecho de que Cirino fuera gobernador de Siria cuando nace Jesús siendo así que según tenemos por otras fuentes no lo era? Muchas desde luego, todas ellas plausibles, aunque por hoy me voy a contentar con presentar la cuestión en los términos en la que lo hemos hecho y dejar a Vds., en todo caso, con la miel en los labios, prometiéndoles ofrecerles las posibles alternativas al dilema en futuros artículos en esta misma columna.
©L.A.
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