Una de las más bellas advocaciones de la Virgen es aquélla que la denomina la Virgen de los Angeles, que en España remonta por lo menos al año 1610, en que ya existe documentación sobre ella: según la tradición, unos pastores habrían hallado una imagen en lo alto del Cerro de los Angeles, de donde probablemente su nombre, en una noche de tormenta.
La advocación de la Virgen de los Angeles no es exclusiva de Getafe. Con mucho mayor antigüedad, en Italia remonta al sueño de San Francisco de Asís en el que ve María con el niño acompañada de unos ángeles, una visión que da origen al llamado “Perdón de Asís”, la indulgencia otorgada por el papa Honorio III a los que visiten la Basílica de Porziuncola en el lugar en el que fueron fundados los franciscanos.
Pero volviendo a nuestra Virgen de los Angeles doméstica, “Angelines” como la llaman sus parroquianos es la patrona de la ciudad de Getafe, en Madrid. La imagen se aloja en el Cerro de los Angeles, centro geográfico de España como se sabe, y durante las fiestas patronales es trasladada en romería a la ciudad de Getafe, donde el alcalde pone el bastón de mando a sus pies para que sea alcaldesa esos días y queda alojada en la que es la catedral getafense desde el año 1991.
Es curioso que una ciudad que tiene como patrona a la Virgen de tan alados personajes, haya terminado convirtiéndose en una de las grandes capitales mundiales de la aviación, albergando como alberga una sede de la importantísima empresa Airbus, la de la Fundación Infante de Orleans, con una magnífica colección de aviones antiguos en vuelo, y una base aérea. Alguna participación habrá que reconocer a la Virgen ¿o no?
Se celebra su festividad cuarenta días después del Domingo de Resurrección, es decir, el día de la Ascensión, bastante lógico tratándose de la Virgen “de los Angeles”, lo que da una amplia gama de fechas que no incluye en ningún caso el 2 de agosto. ¿Por qué entonces decimos que tal día como hoy, 2 de agosto, celebramos la festividad de Nuestra Señora de los Ángeles? Pues bien, es una bonita historia que me dispongo a contarles a continuación.
Quiere la leyenda (o la historia) que un 2 de agosto de 1635 o de 1639, en Cartago, principal ciudad de Costa Rica por aquel entonces, una joven mulata fuera a recoger leña y se encontrara en un lugar llamado La Puebla de los Pardos sobre una roca, una pequeña estatua representando a la Virgen María con un bebé. Todo contenta, la joven se la lleva a su casa, donde la guarda en un cajón. Al día siguiente, de vuelta en el lugar del hallazgo, se encuentra una imagen igual a la del día anterior. Al llevársela a su casa con intención de guardarla también, repara en que la primera no está. Vuelta al lugar del hallazgo por tercera vez, vuelve a encontrarse una imagen, vuelve a llevársela a su casa y vuelve a percatarse de que la encontrada el día anterior ha desaparecido, por lo que decide poner los hechos en conocimiento del sacerdote de la localidad, Alonso de Sandoval, y hacerle entrega de la imagen. Sandoval la guarda en una caja, y al abrirla al día siguiente, se percata de que, al igual que le había sucedido a la joven, la imagen ha desaparecido. La joven vuelve al lugar de los hallazgos donde se la encuentra de nuevo, llevándosela al sacerdote, que esta vez la guarda en el sagrario. Al no encontrarla al día siguiente, el cura interpreta entonces que lo que la Virgen quería era permanecer en el bosque, sobre la roca, y que ésta era su manera de pedir que le fuera levantado un santuario en el lugar, cosa que por supuesto, se hace. Una más de esas vírgenes tozudas, por lo tanto, que las hay y muchas ().
El nombre de la mulata nunca se conoció, pero cuando Mons. Víctor Sanabria Martínez, Arzobispo de San José, intenta recabar datos sobre ella, no halla nada salvo que la mayoría de mujeres de la zona se llamaban “Juana” y se apellidaban “Pereira”, por lo que bautiza a la mulata así, Juana Pereira.
Si la joven es bautizada de manera tan aleatoria, no menos lo será la imagen, bautizada como Virgen de los Ángeles por celebrar los franciscanos españoles que misionaban en la zona precisamente a la Virgen de los Ángeles, como se hace en Porziuncola, el día de su primer hallazgo, el 2 de agosto.
La imagen, de 20 centímetros de alto, está realizada en tres piedras diferentes, grafito, jade y roca volcánica. Conocida en Costa Rica como “la Negrita”, en abril de 1782 es proclamada patrona de Cartago, y el 24 de septiembre de 1824, con la independencia recién alcanzada no sólo frente a España sino frente al absorbente Imperio Mejicano también, la Asamblea Constituyente la nombra patrona del país. El 2 de marzo de 1862, el Papa Pío IX, concede indulgencia plenaria a quien visite el Santuario de los Ángeles, y el 25 de abril de 1926 la imagen es coronada. En cuanto al santuario, en 1910 es derribado por un terremoto, iniciándose poco después la construcción de la basílica actual.
Según creo, Getafe en España, Asís en Italia y Cartago en Costa Rica no están hermanadas. La Virgen de los Angeles podría ser el mejor motivo para el hermanamiento, ¿no les parece?, por lo que desde esta columna, iniciamos la cuestación dirigida al alcalde de la población madrileña, Juan Soler Espiauba, para que inicie los trabajos que culminen en tan hermoso acontecimiento, que podría ser un motivo nuevo de amistad entre España (donde por cierto y como hace bien en recordarme un buen seguidor de esta columna, Cisco, es patrona de otras hermosas ciudades como por ejemplo Gerona) y las naciones hermanas del otro lado del Atlántico. ¡Ah, y con Italia!
N. del A.: Le debo la sustancia mejora de este artículo al amable y leal lector de esta columna Francisco Gallego. Desde aquí mi agradecimiento.
©L.A.
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