Leí ayer en FORUM LIBERTAS una fábula de Esopo sobre EL NEGRO, que me gustó y me sugirió este artículo.
Un antiguo amo contrató a su servicio a un negro.
Como nunca había visto un negro pensó que el color de la piel se debía a falta de higiene, y ordenó que le restregaran bien hasta que tuviera la piel blanca.
El resultado fue que dejaron al pobre negro lisiado e inútil para el trabajo. Y es que no podemos cambiar la naturaleza.
Esto me trae a la cabeza a los que quieren igualar el matrimonio de hombre y mujer a la unión de dos homosexuales.
En todo la historia el matrimonio ha sido entre un hombre y una mujer. La unión de dos personas del mismo sexo es otra cosa, no matrimonio.
Y no podemos cambiar la naturaleza. Lo mismo que
a un negro no se le puede restregar para que tenga blanca la piel, las leyes humanas no pueden cambiar la naturaleza.
Aunque salga una ley dando permiso a lo burros para que vuelen, a los burros no les salen alas.
JORGE LORING, S.I.
jorgeloring@gmail.com
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