Rehacer la vida difícil tarea
La desilusión, el sufrimiento, la aridez que supone el fracaso, el desencanto, la sensación de haber sido rechazado, si es que ha sido así, hace que uno tenga más desconfianza de lo normal.
Hay veces que la autoestima termina por los suelos, se piensa que no se es digno de ser querido como persona.
El lastre es muy fuerte.
Rehacer la vida? Con quien? De alguna forma la vida se ha roto. La ilusión de un amor limpio, exigente, ha desaparecido.
Es probable que las personas con las que uno se relacione hayan pasado por circunstancias parecidas, por experiencias similares. Tienen heridas profundas no sanadas.
Por otra parte, el reloj biológico aprieta. El compromiso de la segunda vez no es como el de la primera. Todo es más débil, mas rompible.
No se trata de desesperanzar a nadie. En el terreno de la felicidad siempre se puede empezar pidiendo perdón, a quien se debe y como se debe.
Para eso, vivir de acuerdo con unas creencias ayuda mucho. Si no es así, probablemente, nos dejemos llevar más de la cuenta por el estado de animo, y este no es un agarradero fuerte.
La vez anterior nos puede dar datos del porqué del fracaso. Pero para establecer una buena relación habrá que intentar arreglar lo anterior.
Se desecha la posibilidad de que el anterior matrimonio haya sido nulo, cosa más frecuente de lo que se cree, por no abrir heridas.
En muchas ocasiones, sin una buena intervención quirúrgica no hay posible sanación.
Las vidas planas, sin creencias, no son completas, falta algo, y es que, se quiera o no, el hombre es un ser trascendente.
Antes de tomar una decisión, siempre se tiene que ver el estado en que quedaría si fracasara, si no lo hacemos así seria una decisión incorrectamente tomada.