La semana ha estado marcada por la publicación de un resumen del diálogo que tuvo el Papa con los representantes de los religiosos hispanoamericanos. Según los religiosos que participaron en la audiencia y que escribieron el resumen, el Papa, entre otras cosas, habría reconocido que hay un lobby gay en el Vaticano y habría aconsejado a los religiosos que no hicieran mucho caso a la Congregación para la Doctrina de la Fe.

 Lo primero que hay que lamentar es que el contenido de una conversación privada se haga público. es verdad que los religiosos han pedido disculpas y han dicho que lo escribieron para no ser publicado. Aceptadas las disculpas, hay que decir que es de pura lógica que si algo se escribe más pronto o más tarde termina por ser publicado. Especialmente si lo que se escribe es tan sensacionalista como esto. Además de ser, pues, una traición a la confianza con que les ha tratado el Santo Padre, implica en sí mismo una clara manipulación. ¿Quién sabe lo que dijo exactamente el Papa? Nadie, pues fue una conversación distendida, no sujeta a la lectura de unos papeles. Lo que queda y quedará para la historia es lo que una parte de los que intervinieron en la conversación dice que dijo; lo mismo podían haber puesto en la boca de Francisco cualquier barbaridad e incluso aunque hubiera habido un desmentido posterior por parte del Vaticano, nadie hubiera creído a la Santa Sede.

Yendo ya al contenido, y dando por supuesto que al menos en parte recoge las opiniones del Santo Padre, hay que detenerse sobre todo en dos puntos: el de la supuesta desautorización de la Congregación para la Doctrina de la Fe y el de la existencia del lobby gay.

Si nos fijamos en lo que, supuestamente, dijo el Papa sobre Doctrina, vemos que, en contra de lo que la mayoría piensa, no implica en sí mismo una desautorización a este importantísimo Dicasterio. Lo hubiera sido si Francisco hubiera dicho: "Cuando les llegue una carta de Doctrina de la Fe, no hagan caso, sigan adelante". Pero no fue eso lo que los religiosos dicen que les dijo. Por el contrario, les pidió que dieran explicaciones y, naturalmente, que siguieran adelante, lo cual no puede ser automáticamente interpretado como que siguieran por la senda equivocada; lo más probable es que el Papa les dijera: den explicaciones, acepten las críticas, corrijan lo que haya que corregir, no se desanimen y sigan trabajando.

En cuanto a lo del lobby gay, es posible que exista y ciertamente algunos nombramientos y ascensos que afectan a personas que deberían haber sido retiradas de sus cargos en lugar de ser premiadas, parecen indicarlo. Pero, primero, eso no sólo está sucediendo en el Vaticano. Hay diócesis donde determinados sacerdotes son retirados de puestos delicados por haber estado salpicados en escándalos de homosexualidad pero son "premiados" con un ascenso en el escalafón. Y esto que pasa en la Iglesia sucede también en la política y en la economía. De lo que se trata, pues, es de ir a la raíz del problema, que consiste ante todo en no ceder a los chantajes por parte de aquellos que podrían ser víctimas de los mismos, con razón o sin ella.

Después de la movida de esta semana, que recordaba un poco los peores momentos del Vatileaks, he vuelto a recordar las palabras del Papa Francisco en su primera aparición como Pontífice: "Rezad por mí". Y a los religiosos les habría dicho. "Rezad para que me equivoque lo menos posible". Pues eso es lo que hay que hacer. Estar al lado del papa con la oración y con el cariño. A ser Papa también se aprende y sólo lleva tres meses.

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