No soy un gran aficionado al fútbol y tengo la impresión de que es un ambiente en el que es difícil llevar una vida reglada. Por eso me sorprendió leer en ReL la historia del joven futbolista polaco, un crack, que marcó cuatro goles para su equipo en un solo partido de una competición europea. Lo siento por los del equipo derrotado. A mí lo que me interesa es hablar del triunfador Lewandowski (que es como se apellida el joven) y que dice públicamente que no se avergüenza de Cristo, para tratar sobre la actitud de los cristianos sin complejos.
Aunque católicos sin complejos como Lewandowski hay muchos, también hay bastantes católicos, y esto es lo que me parece lamentable, que están totalmente acomplejados por serlo. Está tan extendida la ecuación católico = acomplejado que ni nos damos cuenta.
Les propongo un test.
Coloquemos en dos bloques los siguientes términos:
Cinismo Timidez
Descaro Verdad
Desparpajo Razonar
¿En qué bloque colocarán el calificativo “Cristiano”?
¿Y en cuál de ellos el calificativo “Sinvergüenza”?...
Hagan una prueba sobre esto. Obsérvenlo en los debates televisivos: el sinvergüenza no argumenta, con descaro suelta “sus verdades”, con desparpajo dice mentiras, no contesta a las preguntas y esboza, sin hablar, siempre una sonrisa autosuficiente… Por contra, el buen católico argumenta tímidamente, defendiendo la Verdad, la Religión Católica... Y la cosa es que tenemos la Verdad…
¿Hasta cuándo esta situación?
Athos