Año del Señor 2023

6 de diciembre
 
Buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Qué pases un feliz día.
 
ORAR SIN INTERRUPCIÓN,  CON EL ROSARIO.
 
Avanzada la tarde y ya oscureciendo, me gusta ir a la capilla un rato, antes de comenzar las Vísperas. Y, para esto, tengo que atravesar la Iglesia que, está semioscura y en general, muy solitaria. Y, varios días, al pasar, me llama la atención un señor mayor que, arrodillado en un banco, va desgranando su rosario. Está inmóvil y como no dándose cuenta de lo que sucede a su alrededor.
 
Cuando paso por la iglesia, me siento como llena de devoción ante esta presencia orante.  Y, me reafirma el poder que tiene la oración que, María siempre en sus apariciones, desea de los videntes: ¡el rosario es poderosísimo!. El Padre Pío, aseguraba que, “con el rosario, se ganan batallas”. Y, lo creo firmemente. 
 
La repetición pausada de la avemarías, teniendo presente el Misterio que se contempla, tiene una fuerza de atracción que, la sienten todos los que se entregan a rezarlo, ya sean niños, jóvenes o adultos.
 
Y esta atracción, se manifiesta, en la impresión de estar haciendo algo que a Dios le agrada sobremanera. Y, a María su Madre, también y ello redunda en una alegría que, no es de la tierra sino que viene del cielo. 
 
Otra cosa que percibo es que, hay días que quieren imponerse como vividos, “sin pena ni gloria”. Pero si he orado con el rosario, uno de estos tiempos baldíos, me parece que están llenos, por obra de la gracia de Dios, de bendiciones y dones que me envía la Señora, porque, Ella, está muy presente allí donde se desgranan los Misterios de su Hijo Jesús, entrelazados con las Avemarías.
 
Y también, cuando rezo el rosario, siento que soy Iglesia. Qué, muchos hombres y mujeres del mundo forman una cadena fuerte de oración que, arranca del cielo numerosas gracias y bendiciones para nuestro mundo que, muchas veces, ignora esta presencia de Dios en cada una de nuestras vidas... Y, muchas cosas más que podría relataros, pero con esto, por hoy basta, para invitaros e invitarme a rezar el rosario con la mayor devoción que, Dios quiera regalarnos.
 
Hoy, el reto del amor es, tomar con veneración mi rosario y dejarme empapar de su dulzura y caridad, al ir recorriendo sus cuentas y como acariciando tan bella y poderosa oración.
 
VIVE DE CRISTO
 
   
 
¡Feliz día!