Queridos jóvenes socialistas de Galicia: Soy un obispo jubilado; como dicen ahora, obispo emérito de Mondoñedo - Ferrol. Aunque no resido en Galicia, estoy vinculado a ella por el título que conservo de obispo emérito. Por ello, al leer que habéis puesto en marcha una campaña para protestar contra la reforma de la ley del aborto que parece que va a salir, me permito dirigiros esta carta para deciros que yo también protesto.

Pero protesto porque, según parece, van a quedar legalizados unos cuantos casos en que se podrá abortar legalmente. Y por pocos que sean los casos en que se permita abortar, se estará permitiendo matar a niños inocentes e indefensos. Y protesto no porque sea obispo, ni porque sea católico, que también, sino porque, como hombre, me parece fuera de toda ley que se pueda matar a un niño que se está gestando en el seno materno.

Dice vuestro secretario general que esa restricción del aborto "supone una vuelta al pasado y a los tiempos del adoctrinamiento en la moral católica", como si la moral católica fuera rechazable. Una diputada en el congreso ha dicho que esa campaña que vais a hacer "no trata de ofender a nadie sino denunciar el atentado contra los derechos de la mujer". Creo que esta diputada era colaboradora de la exministra Aído quien dijo que lo que lleva la madre dentro es un ser vivo pero no un ser humano. Mira que si no abortan y dan a luz, y ¡aparece no un niño, sino un cabritillo o una ovejita...!

Queridos jóvenes socialistas, decía San Pablo: "¡Oh insensatos gálatas! ¿Quién os fascinó a vosotros, a cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado?" (Gál. 3, 1). También hoy os digo yo: ¿quién os fascinó, para que rechacéis a la Iglesia de quien recibisteis la fe, para que la ultrajéis y os moféis de ella de quien tanto habéis recibido? ¿Por qué os empeñáis en perseguir a Jesús? También hoy os puede preguntar Jesús como le preguntó a San Pablo cuando perseguía a los cristianos, ¿recordáis? "Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: « Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? » El respondió: « ¿Quién eres, Señor? Y él: « Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer. »" (Hech. 9, 3-6).

Es posible que a alguno de vosotros os pregunte también lo mismo, ¿Por qué me persigues? Y no es que persigáis a los cristianos; perseguís al mismo Jesús, profanando su imagen. ¿Por qué? Os proclamáis modelos de tolerancia y faltáis de este modo al respeto más elemental a quienes piensan de otro modo.

Y ¿permitís que los mayores se aprovechen de vuestra inexperiencia y os apoyen y sugieran actitudes que ellos no se atreven personalmente a realizar? ¿No veis que os están instrumentalizando? ¿No veis que sus razones para fomentar el aborto se fundan en el falso principio de la libertad de la mujer y en lo que llaman derechos de la mujer? ¿también derecho a suprimir la vida del niño que llevan dentro, sólo porque les da la gana? ¿No veis que no aluden para nada al derecho del niño a seguir viviendo porque lo consideran como “una cosa” y no como “un ser humano”?

¿Qué os parece si vuestra madre hubiera pensado como vosotros?

Por otra parte, parece que presentabais en vuestra campaña a una mujer crucificada. No he visto la imagen, que me parece que está bien lejos de la realidad. No conozco ningún caso de ninguna madre, que se sienta crucificada por haber tenido un hijo, por duras que fueran sus circunstancias. Pero lo cierto es que hay muchos niños rotos, incluso a punto de nacer, que sí han sido crucificados, y crucificados por sus propias madres. ¿Qué decís ante tantas imágenes que se pueden ver en centros abortivos de niños rotos, degollados, hechos pedazos? Que se le haga eso a un inocente ¿a eso sí hay derecho?

¿Por qué no decís nada de las lágrimas y las crisis que pasan cantidad de madres cuando se dan cuenta del crimen cometido contra sus hijos? Puede que no sepáis lo que sufren porque eso nadie lo vocea por las calles. Preguntadles a ellas si eso es libertad.

Queridos jóvenes, sed sensatos y no os adentréis por esos caminos.

José Gea