El portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, recientemente ha declarado en una entrevista concedida a Europa Press que no tendría sentido que la reforma de ley del aborto que planea el Gobierno hiciera retroceder la legislación española a los tiempos anteriores a 1985...

Yo preguntaría: ¿Por qué? Esto equivale a declarar legal el aborto en los tres supuestos aprobados en el 85. Porque esa ley que, según Hernando, «funcionó razonablemente bien» (sigue el texto de Europa Press) permitió 1,6 millones de abortos en 26 años. Ahora Hernando declara que esa ley de supuestos «funcionó razonablemente bien» y que es a la que se debería volver ahora, derogando la reciente ley de plazos aprobada durante el gobierno de Zapatero. Yo no sé lo que para él significa razonablemente bien.

«Nosotros –sigue diciendo- lo que queremos es volver a un texto que había funcionado razonablemente. (Sigo sin saber lo que para él significa razonablemente). No tiene sentido que ahora replanteemos otra vez cosas que, a mi juicio, estaban razonablemente solventadas». (Y sigo sin saber lo que entiende por razonablemente).

No sé qué entiende el Sr. Hernando por “razonablemente”, porque es una palabra que en la entrevista repite cuatro veces para seguir diciendo lo mismo: que ha funcionado razonablemente bien la ley que permite a la madre suprimir la vida del hijo que lleva en su seno.

Hernando habla de diseñar una norma por la que se «intenten equilibrar los derechos del no nacido y por supuesto también los derechos fundamentales de la madre y de la mujer a decidir».

Y sigue la entrevista: Una vez marcada la «orientación de esa reforma», según explica, los ´populares´ van a escuchar «todas las opiniones y propuestas» que les hagan los colectivos afectados y «por supuesto» los demás partidos políticos.

Pero yo le pregunto: ¿También escucharán las opiniones de los niños a quienes se les va a quitar la vida? Consúltenles también a ellos, que si no les escuchan por los oídos, les escucharán en su corazón si lo abren a la verdad. Porque si, a su juicio, la ley que permitía suprimir la vida de miles de niños, funcionaba razonablemente bien, ¿qué diferencia hay en que se supriman millones de vidas inocentes e indefensas, o solamente miles? ¿o que se suprima solamente una?

Mire: me defrauda el P.P. si se queda a mitad camino. Sean lógicos. En su partido como en otros, hay muchos católicos; y en su partido como en otros, hay muchos que no lo son; y si los católicos de cualquier partido son coherentes con su fe, no pueden apoyar con sus votos una ley que da el derecho de matar a seres humanos inocentes.

Eso no significa que la Iglesia pretenda gobernar, pero sí significa que los católicos, pertenezcan o no a cualquier partido, deben ser coherentes con su fe. Y uno de los mandamientos de la fe cristiana es: NO MATARÁS.

José Gea