Gracias a un amable seguidor de esta columna, Manuel Campomanes, entro en contacto con un número que la Revista de Historia Militar dedica al origen de los símbolos nacionales de España, un conjunto de artículos entre los cuales uno titulado “El Himno Nacional” firmado por Juan María Silvela Miláns del Bosch, del que me voy a servir en buena medida para realizar una serie dedicada a la Marcha Real, cuya primera entrega es la que ahora lee Vd..
Pues bien, el actual himno nacional, oficialmente llamado “Marcha Real”, surge a partir de la llamada Marcha de Granaderos, la cual, a su vez, es producto de la necesidad de reglamentar los toques de guerra en las nuevas ordenanzas que debían sustituir a las de Felipe V de 1728.
Constituída en 1751 la primera de las cinco juntas que debían realizar el citado proyecto de nuevas Ordenanzas, al concretarse sus conclusiones la Marcha de Granaderos figura ya entre los toques propuestos, si bien es improbable que esté escrita todavía, pues como tendrá Vd. ocasión de escuchar en el vídeo arriba, se compone para pífanos, un instrumento que no entra en los batallones de la Infantería española hasta 1760.
Para determinar los orígenes de la Marcha de Granaderos es fundamental el hallazgo realizado en 1970 por Ricardo Fernández de la Torre, quizás el mayor experto sobre música militar española, en la Biblioteca Nacional de Madrid: un pequeño manuscrito titulado “Libro de la Ordenanza de los toques de pífanos y tambores que se tocan nuevamente en la Infantería española”. En él figura la partitura de la Marcha de Granaderos para dos pífanos y un tambor, especificándose en su portada, con fecha 1761, que ha sido compuesto por Manuel de Espinosa de los Monteros (17301810), natural de Andújar (Jaén), que fue primer oboe de la Capilla Real y director de las Reales Academias y de la Capilla Real.
Muy posiblemente, el encargo proviniera del Coronel Martín Álvarez de Sotomayor, quien el 2 de julio de 1763 elevará un informe al Rey sobre la necesidad de unificar los toques de la Infantería. Como quiera que sea, los diversos toques de guerra se hallan perfectamente reglamentados en 1767, un año antes de entrar en vigor las Reales Ordenanzas y el mismo año, por cierto, de la expulsión de los jesuitas de España. Por Real Orden de 23 de noviembre, Carlos III ordena que los toques de guerra de la Infantería Española sean comunes a la Extranjera, sin variación alguna excepto los cuerpos suizos. Un cuaderno impreso de 1769 nos presenta de nuevo la Marcha de Granaderos, cuya instrumentación añade ahora dos clarinetes a los pífanos, y vuelve a nombrar a Espinosa como concertador.
Según todo apunta, Espinosa no fue excesivamente original en la composición, y bien pudo inspirarse en obras anteriores. Según García Valdecasas, la “Glosa sobre la Pavana Real” del vihuelista Enríquez Valderrábano, pieza compuesta en 1547, es una sucesión de 18 acordes coincidentes nota a nota con la Marcha de Granaderos. En cuanto a “La Pavana Real” que inspira la susodicha Glosa, desconocemos a su autor, pero pudo ser encargada por Gonzalo de Ayora, capitán de la guardia personal de Fernando el Católico, para acompañar a los reyes y para desfilar. De hecho, la Pavana fue muy popular en su época e inspiró varias obras: así la composición "Batalla" del Maestro Jiménez, o el "Minuetto" del organista Juan Moreno, del s. XVIII.
El trabajo de Espinosa habría consistido en añadirle un cierre melódico que, según Fernández de la Torre, tampoco era exactamente original, sino que podría haber hallado en Francia. Concretamente en la Marcha de los Jenízaros, tocada durante el reinado de Luis XV y reproducida en la Marcha de las Guardias Francesas y en las retretas de Luis XVI y Luis Felipe de Orleáns (Louis Phillipe Egalité). De hecho, Puccini incorpora esta última retreta en el 2º acto de su ópera "La Boheme" ( es un audio de poco más de dos minutos, con un algo más que sorprendente parecido a nuestro himno en sus nueve notas finales).
La búsqueda de antecedentes de la Marcha Real nos puede llevar incluso más lejos, ya que el arabista Julián Ribera, tras estudiar el Códice Toledano de El Escorial que se encuentra en la Biblioteca de Florencia, llegó a la conclusión de que la segunda frase de la cantiga 42 de Alfonso X el Sabio, “A Virgen mui groriosa”, coincide con la Marcha de Granaderos, tesis sugerente y atractiva, no sé si tan acertada (júzguelo Vd. mismo en el video).
Si sí como si no, con esta conclusión voy a cerrar por el momento esta entrega, proponiendo a Vds. la lectura de las próximas en las que trataremos, siempre de la mano del Juan Silvela Miláns del Bosch, las diversas vicisitudes y peripecias por las que pasa nuestro precioso Himno Nacional o Marcha Real.
©L.A.
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