Como sabemos, todos somos diferentes. Y aun habiendo sido creados a imagen y semejanza de Dios somos todos, criaturas diferentes y no solo en nuestros distintos cuerpos materiales, sino también somos diferentes en nuestras almas espirituales. Y esta diferencia, no solo nos afecta a nosotros sino también, a todo aquello que es objeto de la creación divina, es decir, a todo lo que nos rodea y conocemos.
Nunca encontraremos, dos animales iguales ni de cuerpo ni de temperamento, ni dos plantas iguales aunque pertenezcan a la misma especie, ni tampoco dos árboles iguales, ni siquiera, dos de las hojas de un mismo árbol son iguales.
Todo esto, no es más que una de las muchas manifestaciones que tenemos de la omnipotencia y grandeza de Dios, y que desgraciadamente muchos seres humanos se niegan a reconocer.
A Dios le encanta la diversidad, porque al ser Él, ilimitado en todo, ese todo Él lo domina, lo encausa y lo modifica según sus deseos. Y uno se pregunta: ¿Cuáles son los deseos de Dios? La respuesta la tenemos delante de nuestros sentidos, pero no todos aciertan a entenderla y sobre todo aceptarla.
Dios es un Espíritu absolutamente puro y su esencia es el amor, tal como nos lo manifiesta San Juan Evangelista (1Jn 14,16). Él es amor y solo amor y precisamente una de las características esenciales del amor es su fuerza de expansión. El que ama es feliz en su amor y siente la necesidad de expansionar su felicidad y su amor. Y esta es la razón por la que los ángeles o nosotros hemos sido creados: Para ser eternamente felices integrándonos en la gloria de su amor.
Y es por ello que el Señor, solo tiene un deseo, y es el de que todos nos santifiquemos y alcancemos la gloria que emana de su Rostro. Y todo absolutamente todo lo que recibimos en nuestras vidas, sea juzgado por nosotros, como bueno o coma malo, es siempre bueno, porque viene de sus manos y tiene la bondad de encauzarnos a nuestra eterna salvación que es lo que Él ardientemente desea para todos nosotros. Esto es lo que le movía al El jesuita Pierre Teilhard de Chardin, para decir Todo lo que nos pas es siempre adorable.
Pero así como a Dios, dada su absoluta falta de limitación, le encanta la diversidad, porque solo Él puede crearla y mantenerla. Por el contrario, nosotros somos seres limitados y para crear algo, necesitamos apoyarnos en nuestra limitación, por ello para poder crear y dominar lo creado necesitamos siempre crear en series, para poder dominar nuestra creación y si ejecutamos algo en unidades específicas, hablamos de artesanía.
Somos más o menos 7.000 MM de habitantes en el mundo. ¿Acaso hay algún ser humano, es capaz de crear el solo 7.000 MM de pares de zapatos todos desiguales, y personalizados al gusto de su usuario? ¿O 7.000 MM de coches todos desiguales? Imposible, somos criaturas limitadas en todo, aunque nuestra soberbia nos engañe diciéndonos que somos muy listos y capaces.
Y de la misma forma que nuestras almas son distintas unas de otras, el camino espiritual de ellas, también lo es, pero al final las almas que hayan amado al Señor, aceptando su amor, sus caminos convergerán en Él, y no tendrán otro deseo más que identificar su voluntad con la divina, pues ya que cuando se desee ardientemente, que esto suceda y suceda, será señal de estar ya capacitados, para poder contemplar el Rostro de Dios.
Una vez purificados de todo reato de culpa en el purgatorio, podremos acceder al Reino de los cielos. nuestras tres actuales potencias del alma, serán transformadas o desaparecerán, cual es el caso de nuestra memoria, que desaparecerá, dado que una vez ya dentro de la eternidad, todo será presente, desapareciendo, el pasado y el futuro. Lo nuestro, será ver siempre el presente. En relación a la inteligencia o entendimiento, este se verá potenciado enormemente por la visión de la Luz divina, y en relación a la tercera potencia la voluntad, esta no nos desaparecerá pero quedará transformada con una aceptación de una identidad absoluta con la voluntad divina, de forma tal, que la fuerza de nuestro amos al Señor, nos llevará siempre a desear, lo que el Señor desee.
En esta vida actual, nuestros caminos espirituales, siempre difieren unos de otros y es más, también las experiencias de orden sobrenatural que las almas puedan tener, como consecuencia de su acendrado amor al Señor, también son irrepetibles en otras almas. Nadie puede entrar en la vía contemplativa y tener las mismas experiencias que tuvieron San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús. Las experiencias de ímpetus espirituales, que un alma pueda alcanzar en su relación de amor con el Señor, es un algo que queda encerrado en la intimidad de los dos enamorados, en este caso el Señor y el alma que a Él se le ha entregado. Ningún enamorado del Señor, es capaz de traicionar esa dulce intimidad que embelesa a las almas, hablando de sus experiencias personales, salvo los casos de personas consagradas que por razón de su voto de obediencia han tenido que escribir, lo que su superior o superiora, les ordenaban.
Y esta diferencia de orden sobrenatural, que existe entre las almas, se traslada también, a las órdenes y movimientos religiosos, en las cuales se da el hecho de tener cada una distinta espiritualidad. Es decir, cada una de ellas tiene un singular camino para alcanzar la santificación de sus miembros. Nada tiene que ver la espiritualidad Ignaciana de la Compañía de Jesús, con la espiritualidad del Carmelo teresiano, la de la Orden de San Francisco de Asís, con la de la Orden de los Dominicos o la de los Agustinos, basada en la espiritualidad de San Agustín; por nombrar a las cuatro órdenes mendicantes además de la de los Jesuitas. Me refiero aquí a las órdenes mendicantes creadas. En los siglos XI y XII, cuando nacieron las cuatro órdenes mendicantes, pilares espirituales fundamentales de la Iglesia durante siglos y a los Jesuitas que son posteriores, pues surgieron en el s. XVI y años más tarde surgieron también, otras órdenes de profunda espiritualidad, como fueron los Redentoristas y sobre todo los Salesianos, que basan su espiritualidad en el camino que marcó el dulce obispo de Ginebra San Francisco de Sales.
En el catolicismo que profesamos, existen varios modelos de corrientes espirituales que a lo largo de la historia, han demostrado su efectividad, como instrumentos necesarios para el señalamiento del camino espiritual, que han santificado a muchos miembros de distintas órdenes religiosas. Así podríamos decir que hay espiritualidades franciscana, benedictina, dominica, carmelita, o ignaciana según los modos de seguir el camino hacia el Señor. En general la espiritualidad de todas estas órdenes está siempre de acuerdo con el carisma fundacional de su fundador o fundadores. Así por ejemplo la pobreza y humildad de San Francisco de Asís, es la plataforma donde se desarrolla la espiritualidad franciscana.
Por ejemplo, para comprender y participar de la espiritualidad del Carmelo, es de ver que esta se basa en un acendrado amor al Señor, que se manifiesta en la una profunda vida de oración y contemplación, con una especial devoción a Nuestra Señora del Monte Carmelo. Fruto de este amor a la Virgen, es el regalo que Ella por medio del general de la orden San Simón Stock, hizo a toda la familia del Carmelo teresiano y a quien quiera asociarse a esta espiritualidad, del Escapulario de Carmen, cuyos beneficios detallamos en una glosa publicada el 15-07-2009. La fórmula de este escapulario dice: Aquellos que llevan el escapulario son introducidos en la tierra del Carmelo para poder “comer de sus abundantes frutos” y experimentar la presencia tierna y maternal de María…La vida del fraile carmelita puede desarrollarse bien en un convento clásico, dentro de la llamada vida conventual o bien en el silencio de un Desierto. El desierto siempre nos trae a la mente la idea de silencio y soledad, y esto es lo que se encuentra en los desiertos carmelitanos.
El gran San Agustín, utilizo su propia casa para convertirla en convento y redacto unas reglas para la vida conventual y la espiritualidad que había de llevar, a los futuros agustinos a su santificación. La actual familia agustiniana, en la que se incluyen también los agustinos reformados o Recoletos, que al recortarse estos la pequeña capa o esclavina, que llevan sobre los hombros tomaron el nombre de recoletos. Se trata de una de las cuatro órdenes mendicantes, creadas alrededor de los siglos XI Y XII. Su espiritualidad, esta íntegramente fundada en la búsqueda de la santificación, siguiendo viviendo de acuerdo con el contenido de los numerosos textos que San Agustín nos dejó escritos
En la Orden de los dominicos, contemplamos dos grandes santos: Santo domingo de Guzmán y Santo Tomás de Aquino. Como su nombre indica la predicación de la palabra divina, es esencial en la orden, por esto ellos se auto titulan O. P. Orden de predicadores. Su amor al Rosario es básico en esta orden, en la que su teología está basada en los escritos de Santo Tomás de Aquino, esencialmente en la Suma teológica y en un gran amor a la Virgen del Rosario.
El mayor legado que San Ignacio ha dejado Iglesia es la espiritualidad ignaciana, contenida en el libro de los Ejercicios Espirituales. La vida y conversión de San Ignacio es bien conocida. En la cueva de Manresa donde se recluyo, dio forma a la espiritualidad de la orden, con una organización que tiene muchos aires castrenses. El mismo San Ignacio la denominó: Compañía de Jesús.
En sentido amplio, la espiritualidad es aquello que lleva a la familia humana a canalizar sus más profundas energías. Nos mueve a orientar nuestros esfuerzos para dar más de nosotros mismos y trascender. Quizá el propósito más importante de la vida sea ese: aprender a dejarse llevar por el Espíritu Santo para poder responder al llamamiento de Dios, a ser cada vez más y mejores seres humanos. Los mismos jesuitas nos dicen, que su espiritualidad, la espiritualidad Ignaciana es una espiritualidad de cara al mundo, donde Dios habla y al mismo tiempo nos llama a responderle. Es una espiritualidad para buscar, hallar y hacer la voluntad de Dios en sus creaturas, utilizando todos los medios al alcance del ser humano.
Y tanto los caminos espirituales de las personas, como la espiritualidad que da vida a los miembros de las distintas órdenes religiosas, son también convergentes y todo terminará siempre en el amor del Señor.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.
- Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
- Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281
- El Éxodo israelita y el nuestro 22-05-11
- Seguir el camino 28-08-11
- Valor divino de lo humano 11-03-12
- Libro de instrucciones 29-03-12
- Camino de salvación 16-05-12
- Errores humanos frente al Señor 20-05-12
- Nuestro camino espiritual 01-06-12
- Y yo… ¿Dónde me encuentro? 01-07-12
- Camino, Verdad y vida 13-04-10
- Seguir al Señor 28-01-11
- ¿Dónde me encuentro ahora? 31-07-11
- Saber dónde nos encontramos 22-08-12
- Ir en pos del Señor 25-01-13
La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.
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