Veintiún parlamentarios católicos británicos tanto de la Cámara de los Comunes como de la Cámara de los Lores han dirigido la siguiente misiva al Papa Francisco el pasado 27 de marzo:
“Santidad:
Escribimos a Su Santidad en nuestra calidad de miembros católicos de las dos cámaras del Parlamento del Reino Unido.
En primer lugar, nos gustaría felicitarle calurosamente por su elección y asegurarle nuestras oraciones y nuestro apoyo en tanto [Su Santidad] trabaja por la profunda renovación de la Iglesia. Nos gustaría también trasladarle una petición muy concreta.
Sus dos predecesores, el Papa Juan Pablo II y el Papa Benedicto, guiados no nos cabe duda por el Espíritu Santo, generosamente permitieron la ordenación de clérigos anglicanos casados como sacerdotes católicos. Estos hombres y sus mujeres han demostrado ser una gran bendición para sus parroquias.
Basados en esa positiva experiencia nos permitimos requerir [de Su Santidad] que en ese mismo espíritu, permitiera la ordenación de hombres católicos casados como sacerdotes en Gran Bretaña.
En años pasados nos ha entristecido la pérdida de demasiados buenos sacerdotes. Si la regla del celibato se relajara, habría muchas más personas que se ordenarían, trayendo gran alegría al sacerdocio.
Si el celibato se reservara para los obispos, como en los ritos orientales, ello sería señal de la alta consideración que seguiríamos teniendo para con cuantos son capaces de llevar una vida de genuino celibato.
Reconocemos que la Iglesia se toma en serio la Nueva Evangelización y la necesidad de renovar la fe cristiana en nuestras sociedades seculares. Como tal, una de nuestras prioridades debe ser asegurar que las parroquias tengan sacerdotes para administrar los sacramentos, por lo que creemos que permitir sacerdotes casados es deseable y apremiante.
En primera instancia, basados en el precedente anglicano y en el deseo de subsiriariedad, sería lógico y muy bienvenido por la feligresía, si [Su Santidad] considerara permitir a nuestros obispos en Inglaterra, Gales y Escocia la ordenación de hombres casados donde ellos estimen que pudieran hacer frente a las necesidades de la iglesia local.
Esperamos que esta propuesta encuentre el favor [de Su Santidad]. Mantenga [Su Santidad] a nuestro país y a nuestro pueblo en sus oraciones”.
Y firman:
Rob Flello MP
Prof Lord Alton of Liverpool KCSG KCMCO
Dr John Pugh MP
Prof Baroness Hollins
Stephen Pound MP
Baroness Goudie
William Cash MP
Lord Hylton
Thomas Docherty MP
Rt Hon Lord McAvoy
Michael Dugher MP
Rt Hon Baroness Scotland of Asthal QC
Tom Blenkinsop MP
Rt Hon Lord Touhig KSS
Chris Ruane MP
Patricia Glass MP
Ronnie Campbell MP
Dr Alasdair McDonnell MP
Meg Hillier MP
Jonathan Evans MP
Rt Hon Paul Murphy MP KSG KCMCO
Texto original:
Your Holiness, We write to you as Catholic members of both Houses of the United Kingdom Parliament.
First, we would like to warmly congratulate you on your election and assure you of our prayers and of our support as you work for the deep renewal of the Church. We would also like to place one specific request before you.
Your two predecessors, Pope John Paul II and Pope Benedict, guided we are sure by the Holy Spirit, generously permitted the ordination of married Anglican clergy as Roman Catholic priests. These men and their families have proved to be a great blessing to our parishes.
Based on that very positive experience we would request that, in the same spirit, you permit the ordination of married Catholic men to the priesthood in Great Britain.
In recent years we have been saddened by the loss of far too many good priests. If the celibacy rule were relaxed, there would be many others who would seek ordination, bringing great gifts to the priesthood.
If celibacy were retained for bishops, as in the Eastern rites, this would signal the continuing high regard we have for those who are able to live a genuinely celibate life.
We recognise that the Church is serious about the New Evangelisation and the need to renew the Christian faith in our secular societies. As such one of our priorities must be to ensure that parishes have priests to administer the sacraments, therefore we believe that allowing married priests is desirable and imperative.
In the first instance, based on the Anglican precedent and the desirability of subsidiarity, it would be logical and greatly welcomed by the faithful, if you were to consider permitting our bishops in England and Wales and in Scotland to ordain married men where they believe it would meet the pastoral needs of the local Church.
We very much hope this proposal finds favour with you. Please keep our country and its people in your prayers. Thank you. We remain, Yours sincerely,”
©L.A.
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