Es una realidad poco conocida, pero efectivamente, curas casados hay, y como les digo en el título, en perfecta comunión con Roma. ¿Qué donde? Pues denme Vds. un minutito y se lo cuento.
Se trata de las conocidas como iglesias católicas orientales, o “iglesias sui iuris”, a las que por cierto, con motivo del Sínodo de los obispos de Oriente Medio que tuvo lugar en octubre de 2010, dedicamos profusa atención en su día, y que son seis: los , los , los , los , los , y los (pinche en el nombre de cada iglesia si está interesado en conocer más sobre ellas). Iglesias todas ellas en las que junto a una rama no católica, convive también una rama, -minoritaria en unos casos, menos minoritaria en otros-, que sí ha alcanzado la comunión con Roma… si bien no sin concesiones.
Pues bien, entre esas “concesiones” o particularidades se halla la de que los sacerdotes pueden casarse: bien es verdad que, al modo de lo que ocurre en las iglesias ortodoxas orientales de la rama griega, no pueden hacerlo si son ya sacerdotes, si bien sí pueden, por el contrario, casarse primero y acceder al orden sacerdotal después.
Teórica o teológicamente hablando, sería como aceptar que el orden sacerdotal representa el estado pleno, el estado máximo al que siempre se puede acceder desde cualquier estadío inferior, pero del que no se puede descender o dar un paso atrás una vez alcanzado. Una escalera por la que se puede subir pero no bajar.
De forma también general, en estas iglesias orientales estos sacerdotes casados no acceden al orden episcopal, el cual queda reservado para los que optaron por el celibato.
©L.A.
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