En los breves días intermedios entre la renuncia de Ratzinger y la elección de Bergoglio, desde los más reputados centros de influencia islámica se lanzaron claras y contundentes advertencias sobre la actitud que debería adoptar respecto a la verdadera religión el gobernante de la mayor secta de infieles cristianos.
Mahmud Ashur, un destacado clérigo de la universidad egipcia de Al Azhar -centro del pensamiento y la acción del Islam sunita-, apercibía sobre la tentación del sucesor de Benedicto XVI de mostrar cualquier tipo de solidaridad con los masacrados cristianos del Medio Oriente islámico, dado que unas tibias palabras del ahora emérito pontífice en ese sentido, dirigidas en especial a los coptos egipcios, ya habían provocado en 2011 la ruptura unilateral del denominado ´diálogo interreligioso´ por parte de los verdaderos universitarios de Alá.
En este sentido, Ashur era muy claro: "El nuevo papa no debe atacar al Islam". Traducción: Cuidado siquiera con mostrar cualquier tipo de solidaridad con los cristianos en tierras de verdaderos creyentes. El Islam es la religión de la paz y el amor, y cualquiera que ose dudar siquiera de esta verdad universal se las verá con la justa reprensión musulmana. Cristianismo e Islam son dos religiones que deben "completarse una a la otra, antes que competir" [1], decía el pensador de Al Azhar jugando con la proximidad homofónica de los verbos ingleses ´complete´ y ´compete´. Sin embargo, menos sutiles con los juegos de palabras, los egipcios coptos continúan ansiando algo de "consuelo" proveniente de alguien realmente poderoso, pero menos timorato con las amenazas.
De hecho, la principal misión que debería afrontar un papa con nombre de santo misionero es la de "encabezar la lucha contra los prejuicios y la injusticia contra los musulmanes" en Occidente, según se asegura desde los editoriales de los más importantes medios arábigos escritos en inglés [2] para audiencias occidentales, plenos de titulares sobre la necesidad de "tender puentes" entre infieles apóstatas y verdaderos creyentes. Sin embargo, como advierten los representantes musulmanes, "la restauración de las buenas relaciones entre el mundo islámico y el Vaticano depende de la personalidad, pensamiento y visión del nuevo Papa" [3]. Traducción: El Islam no se va a mover. Es el otro el que deberá hacerse aceptar. Y los musulmanes decidirán subiendo o bajando el pulgar.
Desde el primer momento, la adopción por parte del nuevo papa del nombre pontifical de Francisco causó una gran inquietud en el orbe islámico. ¿Francisco? ¿Como los Franciscos de toda la vida? Ambos ´Franciscos´ -de Asís y Francisco Javier- fueron misioneros, pero no solo misioneros del amor contra los pobres y toda esa retórica que inunda con toneladas de azúcar el discurso políticamente correcto. Qué va. Ambos fueron misioneros a la antigua usanza, es decir, misioneros en tierras de no creyentes a los que predicaban el cristianismo tal y como -ejem- Jesús había dejado mandado en los evangelios (ND).
¡Por las vírgenes del paraíso y los ríos de vino y leche! ¡Con eso no habíamos contado! En horas, una apretada plétora de pensadores musulmanes se dedicaron a descafeinar la actitud verdaderamente misionera de Francisco de Asís, el santo más aceptable por el Islam. Palabras que el Francisco medieval amorosamente había dedicado a su grey eran ahora ampliadas de forma sumaria a los "hermanos" musulmanes del Egipto contemporáneo [4], cuyo sultán en realidad no había recibido la predicación cristiana del de Asís, sino que tan solo fue un malentendido intercultural. Francisco de Asís jamás habría osado intentar convertir a un verdadero creyente porque, ¿cómo se puede convertir a quien es ya un creyente verdadero?
Quizás por eso, el sultán de marras estuvo a punto de exterminar al osado, pero acaso eso no fuera sino otro inocente malentendido cultural, solucionado con ese inefable y característico apasionado ardor de los verdaderos creyentes. Y de Francisco Javier y sus masivas conversiones de India al este, mejor ni hablar. Ese no cuenta.
De hecho, tampoco Bergoglio parece haber intentado convertir a nadie en toda su vida, o al menos así lo anuncian, orgullosos, los dirigentes islámicos argentinos, quienes se hacen lenguas sobre la calidad de persona "respetuosa y dialogante" del ahora papa, y sobre cómo durante la última guerra del Líbano, el hoy Francisco I mostró su "comprensión" con la posición de los musulmanes [5], "comprensión" que, por otra parte, entonces fue liderada por el propio y ya entonces bien escarmentado Vaticano con una virulenta condena de la "ocupación" israelí de los "territorios palestinos" (ND).
NOTAS
[1] http://rendezvous.blogs.nytimes.com/2013/03/01/muslims-seek-dialogue-with-next-pope/
[3] http://www.gulf-times.com/region/216/details/345567/muslims-seek-better-ties-with-new-pope
[5] http://www.buenosairesherald.com/article/126369/pope-francis-a-friend-of-the-islamic-community