Leí ayer con cierta perplejidad en el diario bonaerense Clarín el artículo del periodista Sergio Rubín, coautor del libro-entrevista El Jesuita con el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio (Editorial Vergara, Buenos Aires, 2010). El título de su crónica no resulta, en principio, desconcertante: “Un Papa con vocación reformista que quiere salir al encuentro de la gente”. Pero el subtítulo sí es, cuanto menos, osado: “Bergoglio prefiere las opciones más abiertas en temas sensibles como el matrimonio gay o los divorcios”.
Y digo que me sorprende, porque Rubín es tal vez el periodista que más ha tratado al nuevo pontífice siendo cardenal y quien tal vez por esa razón debería conocerlo mejor que sus compañeros de profesión. De hecho, el propio cardenal accedió a entrevistarse con él y con su colega Francesa Ambrogetti en varias ocasiones para el mencionado libro que muy pronto, por cierto, se editará en España. Igual que hizo en su día Peter Seewald con el entonces cardenal Ratzinger, o Vittorio Messori con Juan Pablo II.
¿Qué escribe ahora Sergio Rubín? Esto mismo:
“[…] El argentino [Francisco I] llega a la silla de Pedro después de dos Papas que oscilaron entre conservador y muy conservador. Y si bien Bergoglio se cuidó de aparecer desmarcándose de ciertas posiciones de sus ahora antecesores, siempre prefirió las opciones más abiertas”.
“[…] Hay datos objetivos –añade-. Por caso, cuando comenzó a debatirse el proyecto de matrimonio gay en el país, Bergoglio propuso a todos los obispos optar por un estilo moderado. Acaso dejar abierta la vía intermedia de las uniones de hecho…”.
(Anotemos, entre paréntesis, que el mencionado libro de conversaciones con Bergoglio está prologado por el rabino Abraham Skorka, de la Comunidad Benei Tikyá, quien, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias, se expresó a favor de la “unión entre homosexuales” pese a que “la visión judía acerca del matrimonio habla de la unión entre un hombre y una mujer”. El religioso indicó que si bien “la opinión de la Biblia dice que la homosexualidad está prohibida, en una sociedad democrática hay que apelar a informes antropológicos y sociológicos”).
Prosigamos con lo escrito por el periodista Rubín:
“[…] Otro dato: el año pasado [Bergoglio] sacudió a la Iglesia cuando, en una conferencia en la UCA, llamó “hipócritas y fariseos” a los sacerdotes que se niegan a bautizar a los hijos de madres solteras”.
Y agrega:
“[…] Bergoglio estuvo siempre dispuesto a avanzar en aquellos territorios en los que nada se lo impedía. ¿Acaso se animará a reconsiderar la negativa a que se dé la comunión a los divorciados en nueva unión…? […]
¿Aceptará un debate sobre el celibato optativo o, al menos, la posibilidad de que se ordenen sacerdotes casados en zonas de gran escasez de sacerdotes?”.
Para concluir así:
“[…] Su mantra: salir al encuentro de la gente (llegó a proponer a sus sacerdotes alquilar garajes en las grandes ciudades para poner capillas y atender a la gente). Lo cierto es que la elección de Bergoglio confirma que los cardenales optaron por un cambio relevante, cuanto menos de actitud. El tiempo dirá si lo dejaron hacer, si pudo y supo realizar las reformas. Que tiene vocación de encararlas, no hay duda”.
Sea como fuere, lo cierto es que casi todo el mundo coincide en que el nuevo Papa inspira confianza, bondad y humildad, condiciones esenciales para dirigir con rumbo firme la barca de Pedro.
Y en prueba de esa humildad proverbial, valga esta hermosa imagen del entonces cardenal Bergoglio lavando los pies a una mujer en la Semana Santa de 2005. Puede verse en este enlace:
http://www.lanacion.com.ar/1562997-la-vida-de-un-porteno
http://www.lanacion.com.ar/1562997-la-vida-de-un-porteno
Remito al lector a mi nuevo Facebook https://www.facebook.com/josemariazavalaoficial
Espero que le guste. Gracias.