Pues bien, a no ser que elija un nombre “pontificialmente” nuevo -algo así como Juan Pablo Benedicto en cuyo caso sería el primero en portar tres nombres-, el papa que salga de este cónclave tiene a su disposición una extensa nómina de nombres entre los que puede elegir los cuales le vamos a proporcionar en este espacio, y todo ello partiendo de las siguientes tres premisas:
1º.- Que el nombre que elige, como decimos arriba, no sea nuevo (que podría serlo, ya que nada lo impide). Al respecto sin embargo, se ha de señalar que desde hace ya un milenio, y hecha la salvedad de Juan Pablo I en 1978, no hay papa que haya elegido un nombre que no hubiera portado ya alguno de sus predecesores. El anterior en elegir nombre nuevo fue Landón, algo para lo que es necesario remontarse al año 913. Como nombre, Landón debió de traer mala suerte ya que el papa que lo portó apenas reinó unos meses, quizás la razón de que ningún pontífice lo haya adoptado después. Landón es, también, el último o más moderno de los 42 nombres papales que sólo utiliza un obispo de Roma y nunca adopta ningún otro después.
2º.- Que si elige un nombre nuevo, podría llevar ordinal (Fulanito primero) o no, ya que los papas que portan un nombre que no ha portado ningún predecesor no usan ordinal. El ordinal sólo lo reciben cuando un nuevo pontífice vuelve a portar el nombre. Aquí, una vez más, la excepción la representó Juan Pablo I, que sí lo usó.
3º.- Que el papa no está obligado a elegir un nombre que no sea el suyo de pila (conozca aquí por qué y desde cuando cambian los papas su nombre para reinar). Y aún así, su propio nombre podría coincidir con el que ya hubiera portado algún papa antes que él. Al respecto, indicar que el último papa que reina con su propio nombre es Marcelo II, -Marcelo Servini antes de ser papa-, algo para lo que hay que remontarse al año 1555.
Hechas todas estas premisas, la lista de nombres disponibles para el nuevo Papa es la siguiente:
Benedicto XVII
Juan Pablo III
Pablo VII
Juan XXIV
Pío XIII
León XIV
Clemente XV
Inocencio XIV
Alejandro IX
Urbano IX
Gregorio XVII
Sixto VI
Marcelo III
Julio IV
Adriano VII
Nicolás VI
Eugenio V
Martín VI
Bonifacio X
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Celestino VI
Honorio V
Lucio IV
Anastasio V
Calixto IV
Gelasio III
Pascual III
Esteban X
Víctor III
Dámaso III
Sergio V
Silvestre IV
Agapito III
Marino III
Landón II
Teodoro III
Romano II
Formoso II
Valentín II
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Zacarías II
Constantino II
Sisinio II
Conón II
Agatón II
Dono II
Adeodato III
Vitaliano II
Severino II
Sabiniano II
Vigilio II
Silverio II
Hormisdas II
Símaco II
Simplicio II
Hilario II
Zósimo II
Siricio II
Liberio II
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Marcos II
Melquíades II
Eusebio II
Marcelino II
Cayo II
Eutiquiano II
Dionisio II
Cornelio II
Fabián II
Antero II
Ponciano II
Ceferino II
Eleuterio II
Sotero II
Aniceto II
Higinio II
Telesforo II
Evaristo II
Anacleto II
Lino II
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¿Alguna pista sobre la elección de nombre que pueda realizar el futuro pontífice? Pocas, pero bueno, algunas hay.
Es desde luego, muy improbable que se haga llamar Pedro II. El nombre de Pedro está reservado al príncipe de los apóstoles, primer obispo de Roma, si quieren Vds. también primer papa, aunque el término “papa” tardara aún unos siglos en utilizarse (pinche aquí si desea conocer por qué al papa se le llama papa). Y ello contrariamente a lo que ocurre en algunas iglesias cristianas no católicas, concretamente la Iglesia armenia, donde todos sus “papas” llevan el nombre “Pedro” antecedido de otro que los singulariza. Además, conocido es el hecho de que el nombre Pedro II va unido a ciertas profecías y supersticiones sobre el fin del mundo. Es improbable también un papa Esteban, que obligaría a dirimir la cuestión de si el último “esteban”, que data ya de muy antiguo, tan antiguo como el año 1058, fue Esteban IX o Esteban X.
En segundo lugar, existe una tendencia a utilizar el nombre del predecesor, dándose sucesiones de píos, de clementes, -de juanpablos últimamente-, aunque la especialísima circunstancia de que en este caso el predecesor siga vivo podría invitar a su sucesor a no hacerlo para no inducir a confusiones.
Ciertos nombres podrían ir asociados a ciertos comportamientos. Un papa Juan XXIV haría pensar en la convocatoria de un nuevo concilio; un papa Pablo VII en lo que algunos llaman “un papa progresista”; un papa Pío XIII en un papa muy apegado a la tradición mariana; un papa Celestino VI en un papa que va a consolidar la tradición que podría estar iniciando Benedicto XVI de abandonar la silla de Pedro sin esperar a morir; un papa Calixto IV o Dámaso III en un papa español; un papa Víctor IV, y más aún un Melquíades II, en un papa africano, etc.
El nombre más utilizado, Juan. Hasta 23 juanes. Y eso que después de Juan XXII que reina entre 1316 y 1334 se había estancado. Los siguientes más utilizados Benedicto y Gregorio, hasta 16, y Clemente, hasta 14.
En cualquier caso, 77 nombres de pila diferentes para 265 papas a lo largo de la historia, una media de casi cuatro pontífices por cada nombre… ¿por cuál de ellos optará el futuro obispo de Roma? ¿Quieren Vds. apostar? En la encuesta de hoy les ofrecemos algunas opciones. A mí me gusta Celestino VI. Me gusta también Marcos II. Y por supuesto Dámaso III: San Dámaso fue uno de los grandes papas de toda la historia, un español por cierto ()…
Y ya puestos, alguna propuesta: ¿qué tal, por fin, un Papa Santiago, -nombre de dos de los apóstoles, uno de ellos patrono de España-, un Papa Lucas, o un Papa Mateo, -nombre de dos evangelistas-, ninguno de los cuales inscrito jamás en el Anuario Pontificio?
©L.A.
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