Clemente de Alejandría es uno de los Primeros Padres de la Iglesia. Nació a mediados del siglo II y se estima que murió entre los años 211 y 216.
De este breve texto, lo más interesante es la sugerencia que nos hace para entender cuál es la Voluntad de Dios expresada en las Escrituras. Nos dice que penetrar en el misterio del plan de Dios no es sencillo. En todo caso dependerá que los propios dones que el Señor nos haya regalado. Pero la Voluntad de Dios no debería ser algo tan difícil de entender para nosotros.
Hace tiempo conversaba con una persona que se sentía abatida porque no llegaba a entender cual era la Voluntad de Dios respecto de él. ¿Qué quiere Dios de mí y de los demás? es una pregunta que nos hacemos muchas veces. Tantas que a veces hasta terminamos por pensar en otras cosas al no se capaces de desentrañar que nos quiere indicar el Señor.
Clemente de Alejandría nos dice que hay tres elementos a través de los que Dios nos habla:
- Modelos
- Signos
- Mandamientos
- Profecías
Este planteamiento no es algo descabellado para quien tenga algunos conocimientos de ciencia, ya que a los seres humanos comprendemos lo que nos rodea precisamente a través de modelos, signos, leyes e hipótesis. Clemente tenía las cosas muy claras cientos de años antes de que el método científico hiciera su aparición.
Pero, vamos a lo interesante, ¿qué podemos sacar en claro de esto? Si nos fijamos en las parábolas, Cristo nos propone modelos que nos acercan a la manera en que Dios entiende el mundo y desea que el ser humano esté en sintonía con Su Voluntad. Mediante los milagros y hechos prodigiosos, nos muestra signos que señalan direcciones y entendimiento de los que somos. Dios sabe que no siempre somos capaces de entender las razones profundas de su Voluntad, por ello nos da mandamientos que señalan aquello que hemos o no hemos de hacer. Por último, en el caso de que nos hable de lo que sucederá o tenga que suceder, nos hablará mediante profecías que nos prepararán para aquello que tenemos que esperar y para lo que tenemos que estar preparados.
El Evangelio de hoy, domingo IV de Cuaresma, es la maravillosa parábola del Hijo Prodigo. ¿Qué nos quiere comunicar el Señor mediante esta parábola? Muchas cosas y seguramente podamos entender mejor todo esto si diferenciamos los modelos, signos, mandamientos y profecías contenidos en ella. Dios nos habla de otras formas y lo hace de la misma forma que en las escrituras. Estemos atentos.
Mirando a la actualidad, con el cónclave programado para empezar este martes, tal vez debamos prepararnos para acercarnos al Señor, solicitando perdón por nuestras dudas y temores ante la elección de un nuevo Obispo de Roma. Quizás tengamos que pensar en volver a Roma, que es signo de la Iglesia universal que nos acoge tras nuestras aventuras eclesiales personales. Quizás debamos de estar preparados para esperar a hermanos que vuelvan y estar listos a recibirlos con el corazón abierto. Pero ¿Qué podemos decir de la esperanza que hizo que el padre esperara todos los días ver a su hijo díscolo, volver el mismo camino que lo alejó?