Año del Señor 2018
3 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¡EL QUE AMA ES FELIZ!
Por ser el último viernes de mes, la semana pasada tuvimos retiro. Ese día se dejan todos los trabajos materiales (menos los ineludibles, como cocina, torno y poco más) para poder estar con el Señor.
Solemos disfrutar de una hora comunitaria con el Santísimo Expuesto, que ayuda mucho a la intimidad con Cristo, y a percibir aspectos de mi vida que tengo que poner en Sus manos...
En este último día de retiro, en la hora de Santísimo, las sacristanas nos sorprendieron con un signo bello y de muy buen gusto, además de original:
Acompañando al Santísimo había seis velas de cristal, colocadas sobre unos jarrones pequeños, también de cristal, que van en gradación de tamaño. Pero lo que llamó mi atención es que los jarrones... ¡estaban llenos de pétalos de flores! Cada uno de un color: blanco, rosa y rojo. ¡Preciosos!
Estos detalles pueden evocar ante Jesús muchos sentimientos: algo vivo, como son los pétalos de flores, que adoran al Señor, junto con mi corazón...
Observándolos, me di cuenta de que sus colores me hablan de tres etapas en mi vida de amor a Jesús: el rojo, amor arrebatado; rosa, amor más sereno; y blanco, el culmen del amor en su pureza… En fin, que aquí la imaginación y el Espíritu Santo pueden hacer maravillas…
Entonces fui consciente de que las sacristanas habían preparado el altar con mucho amor a Dios y a las hermanas. Siempre hay alguna hermana que se acerca a agradecer estos detalles, y ese gesto supone una satisfacción para ellas. Pero, de pronto, pensé: “¿Y si nadie agradeciese ese trabajo, y ese acto de amor quedase rodeado por el silencio?”
Por supuesto que puede pasar, pero en esas ocasiones es cuando Cristo nos invita a descubrir que la paga del amor es el amor mismo: “Amo porque amo, amo por amar”.
La “satisfacción sagrada” de hacer algo por Jesús es la mayor de todas las recompensas, es la oportunidad de agradecer el Amor gratuito que nos regala a cada instante... Descubrir el amor de Cristo que nos precede, nos hace felices con un gozo que es el mismo Espíritu Santo, ¡y que impulsa a amar!
Hoy el reto del amor es “amar por amor”. Te invito a que hoy medites en tu corazón que eres un hijo muy amado del Señor, ¡que, por ti, Él da su Vida! Disfruta saboreando su Amor, ¡y deja que rebose de tu corazón a los hermanos! Hoy no busques que te den las gracias, ¡ama para dar las gracias al Señor por su amor!
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!
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