Nacido en Novelda (Alicante) un 4 de enero como éste pero de 1713, hace pues trescientos años hoy, e hijo de Bernardo Juan y de Violante Santacilia, Jorge Juan y Santacilia es un exponente más de esa nutrida clase de sabios que la Armada española ha sabido brindar a España. Tan pronto como en 1729, a los dieciséis años de edad, Jorge Juan ingresa en la Escuela Naval Militar de San Fernando, participando muy joven en sus primeras campañas militares en Orán y Nápoles. Sin embargo, enseguida siente el gusanillo de las expediciones científicas en las que se especializará.
Así, tan pronto como en 1734, con apenas veintitrés años de edad, se embarca junto a Antonio de Ulloa en la expedición organizada por la Real Academia de Ciencias parisina a las órdenes del astrónomo Louis Godin que medirá el grado del meridiano terrestre en la línea ecuatorial en Sudamérica, cosa que hará en Quito (Ecuador), gracias a lo cual se determinó que la Tierra no es perfectamente esférica sino que está achatada por los polos.
Jorge Juan no volverá a España en diecinueve años, quedando en América donde amén de estudiar la organización de los territorios continúa realizando estudios astronómicos, a los que corresponden las obras que escribe tituladas Plan del camino de Quito al río Esmeraldas, y Observaciones astronómicas y físicas hechas en los reinos del Perú. A éstas seguirá hacia el final de su vida un Estado de la astronomía en Europa.
Al volver a España, Jorge Juan acomete un nuevo servicio a España y a las ciencias, al viajar a Inglaterra para conocer las nuevas técnicas navales inglesas, lo que hizo tan bien, que al volver a su patria y hacerse cargo de la construcción naval, acabó recibiendo poco después la visita de los técnicos ingleses para ver cómo las había mejorado. Sobre estos temas también dejará obra escrita, así el Compendio de navegación y el Examen marítimo teórico práctico.
En 1757 funda el Real Observatorio de la Armada en San Fernando y en el Colegio de Guardiamarinas que, como se sabe, son los estudiantes de la Armada, en Cartagena.
Jorge Juan muere en 1773 víctima de una apoplejía. Los restos del gran marino que fue reposan en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando, en Cádiz. En Madrid, el ilustre marino da nombre a una importante calle, como ocurre también en otras ciudades. Y un instituto de educación secundaria en Alicante lleva también su nombre.
©L.A.
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