LA MEJOR OPCIÓN
Ser honrado tal como anda el mundo,
equivale a ser un hombre escogido entre diez mil.
-William Shakespeare-
Cuenta una leyenda africana que un anciano jefe debía elegir a un joven sucesor. Para comprobar la idoneidad de su elección, llamó al joven y le dijo:
—Debes prepararme dos comidas. La primera, hecha con los mejores ingredientes; la segunda, con los peores.
El día indicado el joven presenta al anciano jefe un delicioso plato de lengua de vaca. El jefe se relame con el guiso y pregunta al joven el porqué de ese plato.
—La lengua es una de las partes más deliciosas de nuestro ser. Puede pronunciar palabras maravillosas llenas de verdad y capaces de ayudar al pueblo a crecer y prosperar. Con las palabras adecuadas se transmite valor a la gente; se fortalece su integridad, se expresa amor, se crea armonía y se mantiene unida nuestra aldea.
El anciano jefe empezó a pensar que había acertado en la elección de su sucesor, pero no dijo nada; esperó a la segunda prueba. El día indicado el joven se presenta con la segunda comida: lengua de vaca. Al terminar de comer, el jefe pregunta intrigado:
—¿Por qué has preparado las dos veces la misma comida?
—Porque la lengua puede ser la mejor parte de nosotros, pero también la peor. La lengua puede pronunciar palabras de enojo y desaliento capaces de abatir a las personas. Puede tejer engaños y falsedades que generen discordias. La lengua, más que cualquier otra arma, tiene capacidad para destruir nuestra aldea.
El anciano jefe sonrió: había acertado en la elección.
En un mundo de engaños, mentiras y apariencias falsas, no es fácil ser honesto, pero todo engaño suele llevar aparejado engaños adicionales y dañinos que confunden y contaminan nuestros pensamientos y acciones. El engaño se suele cobrar un tributo terrible a costa de nuestro sentido de la integridad y nuestra autoestima.
Durante una conferencia de jefes de Estado árabes, el rey Hussein de Jordania dijo:
—Deberíamos afrontar la realidad y nuestros errores pasados de un modo honesto y adulto. Alardear de gloria, no confiere gloria, y cantar en la oscuridad no disipa el miedo.
La capacidad de elegir mentiras o verdades es un arma poderosa, como bien entendió el anciano jefe africano al designar a su sucesor. El joven pudo usar el recurso de la mentira piadosa, pero se negó a edulcorar la verdad; seguro que había experimentado que cuando optamos por el engaño, a menudo terminamos dañándonos a nosotros mismos.
A veces podemos pensar que una mentira nos puede proteger, pero la mejor protección, sin duda, es saber que, bajo cualquier circunstancia, la honestidad es la mejor opción.