TERCERA PARTE:
HILVANANDO ALGUNOS PORQUÉS
Hace unos días hablaba de la preparación para la Navidad, y comentando el estilo de vida que se lleva en nuestra sociedad, apuntaba algunos hechos que nos pueden descorazonar de cara al futuro; nuestra misión no es fácil. No olvidemos las palabras de Jesús: "Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros" (Mt. 5, 1112). No es fácil alegrarnos en estas situaciones.
Decía alguien con mucha gracia que la Iglesia tiene cinco notas, no cuatro: una, santa, católica, apostólica y perseguida. Efectivamente, siempre lo ha sido y lo es ahora también, y lo será siempre. Y es el primer por qué. ¿Y por qué es el primer porqué? Porque el espíritu de la Iglesia es totalmente contrario al espíritu del mundo. El mundo tiene su estilo de vida y la Iglesia ofrece otro proyecto, no sólo distinto sino contrario. El mundo no entiende el espíritu de las Bienaventuranzas. Lean los capítulos de San Mateo del 5 al 7 y verán que no son fáciles de entender y menos, de practicar si no se tiene una fe capaz de levantar montañas.
¿Cuáles son los criterios de gran parte de nuestra sociedad?
1. La amenaza de la vida humana en su comienzo y en su fin. Algunos incluso llegan a decir que suprimir la ley del aborto es un retroceso y quieren implantar la eutanasia.
2. La banalización de la sexualidad y el destrozo que está haciendo la drogadicción.
3. La indefensión de la familia. Nada de esposo y esposa, ni de padre y madre, sino progenitor A y progenitor B. Ridículo además. ¿Qué significa progenitor en vez de padre o madre? ¿Quién puede llamarse progenitor entre homosexuales?
4. Además, el abandono de los mayores. Han dado su vida por los hijos y ahora…
5. La corrupción tan generalizada a pequeña escala, a gran escala y a grandísima escala; a todos los niveles. A uno le da vergüenza ver a tantos políticos y no sólo de un partido, con acusaciones gravísimas; y no sabemos, por lo menos yo, que paguen lo que han robado o si van a la cárcel. Porque el dinero existe, pero ¿dónde está? ¿quién lo tiene? Supongo que quien lo ha robado. Me parece lógico que lo devuelva y si no, ¿para quiénes es la cárcel? ¿sólo para los rateros?
6. Y sobre todo, el ateísmo que se va extendiendo. A nuestra sociedad no le interesa Dios aunque a Dios sí le interesa nuestra sociedad. Si se prescinde de Dios, desaparecen los valores morales.
¿Qué hacer?
Si queremos encontrar soluciones hay que ir a las causas y afrontarlas con principios claros y bien cimentados en la persona de Jesús. Desde luego, los ataques a la Iglesia se han generalizado en muchos ambientes. ¿Podemos estar calladitos los cristianos?
Ser cristiano significa, sencillamente, ser discípulo de Jesús; y ser discípulo de Jesús exige cumplir los mandamientos: el amor a Dios y el amor al prójimo sea quien sea.
Fíjense en los que se refieren al prójimo:
Honrarás a tu padre y a tu madre
No matarás;
No cometerás actos impuros
No robarás
No darás falso testimonio ni mentirás
No desearás la mujer de tu prójimo
No codiciarás los bienes ajenos
Están todos los diez, todos. Porque si hablamos de los tres primeros, casi nada:
Amarás a Dios sobre todas las cosas
No tomarás el nombre de Dios en vano
Santificarás las fiestas
Buscando las causas de todo ese desbarajuste que hay en nuestro mundo, ¿No las podríamos ver como raíz de todas ellas, en nuestro egoísmo, en nuestro deseo de disfrutar y nuestro afán de sobresalir? La exaltación de nuestro yo va en contra de la humildad pedida por Jesús.
Y ante la proximidad de la celebración de la Navidad, ¿no podríamos replantearnos si le podríamos dar entrada a Jesús en nuestra vida?
Feliz Navidad
José Gea