[Sobre estas líneas: Dom Antonio Mª Abella y Dom Jaime Mas en el jardín de Can Clarós ]

LA CARTUJA CLANDESTINA EN CASA CLARÓS 

A las 8 de la mañana del martes el teniente de alcalde Sr. Esteban Pujol se presentaba en Casa Clarós y preguntaba a Dª Mercedes Doménech por la posibilidad de albergar a algún monje de Montalegre retenidos en el Ayuntamiento, y que no sabían qué hacer con ellos, pues antes de que avanzara el día y el pueblo se enterara de su presencia, había que sacarlos de allí para evitar que los mataran. Aunque en su casa ya eran diez de familia, Dª Mercedes le dijo que los trajera, y ya vería como los colocaba. Añadió que aceptaba además a todos los que no tuvieran alberge. 

A las 9 de la mañana llegaba el auto de Esteban Pujol a La Merced, nº 31, casa de veraneo de Dª Mercedes Doménech, viuda de Clarós, con seis monjes: Dom Antonio Abella, los hermanos Antelmo Guichar, Isidoro Campos, Jean Ploton, León Barbería y Rafael Cantero, y aunque se había pactado que sólo llegarían cuatro, aceptó a los seis. En la casa ondeaba la bandera panameña como residencia de personal diplomático.

                              [Dom Julián Sierra y Dom Rafael Cantero en el jardín de Can Clarós]

Ya en la madrugada del miércoles 22 llegaron otros cuatro monjes de la Conrería: Dom Salvador Pazos, Dom Rafael Vial y los Hermanos Cristóbal Christophe y Félix Rueda, acompañados por el Sr. Pujol, conocedores de la contraseña para circular por la ciudad de noche, consistente en contestar “mañana” cuando la patrulla de ronda nocturna dijera “hoy”. 

Andrés Clarós e Isidro Doménech acompañaron a los cuatro frailes a la casa de sus bisabuelos Doménech, de Merced nº19, donde estaba el resto de la comunidad llegado el día anterior. Se decidió hiciera las funciones de Prior Dom Antonio Mª Abella, único catalán del grupo, lo que facilitaría la comunicación con las familias de acogida. Estableció un reglamento distribuyendo el tiempo para seguir, en lo posible, el estilo de vida cartujana. Pensaron celebrar la santa Misa, pero el Prior desde el hospital se lo prohibió por el riesgo que conllevaría, y se conformaron con leer la Misa en el Manuale Christianorum y comunión espiritual.

                                               [Donado León Barbería y Dom Salvador Pazos]

La idea de Dª Mercedes era “trasladar a todos los monjes a una casa vecina deshabitada pero amueblada, que había sido de sus abuelos, sita en la misma calle la Merced nº 19, lo que permitiría que la Comunidad pudiera estar sola como en su propia casa”. 

La casa era propiedad de Dolores Doménech, (tía Doloretas) viuda, de unos 80 años, que se había ido a vivir con su sobrina, y había prestado el trasfondo del jardín al químico Sr. Joan Vilá, que vivía enfrente, para que lo usara como laboratorio donde experimentar sus productos. Un empleado de toda confianza entraba y salía con frecuencia, y los vecinos imaginaban que la casa estaba vacía y sólo destinada a experimentos del Sr. Vilá. 

Dª Mercedes advirtió que tenían que tener permanentemente cerradas las persianas y las ventanas que daban a la calle, durante el día y especialmente de noche para evitar que se viera luz. Joan Pascual, les llevaría la comida que cocinaría su hermana Teresa en casa Baliarda. Dª Mercedes se encargó de adquirir los comestibles en diversos establecimientos, con discreción, para no llamar la atención de los vendedores por el aumento de las compras. También se encargó de adquirir para ellos zapatos y ropa necesaria. Como las casas eran colindantes, el suministro se hacía saltando las tapias divisorias sin tener que salir a la calle con paquetes que llamaran la atención.

                                [Los Hermanos Félix Rueda e Isidoro Campos en el jardín de Can Clarós]

El horario era: 

8h desayuno, tiempo libre para rezar los oficios.

10h lectura meditada.

Antes de comer, rezo del Rosario y Letanías de los Santos.

14h comida, descanso.

15,30h lectura de fragmentos de “El Cristianismo y los tiempos presentes” de monseñor Bougaud. Lectura meditada sobre la “Imitación de Cristo”.

20h rezo de las letanías del Sagrado Corazón de Jesús. Examen de conciencia y preces nocturnas.

21h retirada a las habitaciones. Luces apagadas. Silencio cartujano.

De la distribución de la Comunidad entre las familias de Badalona; de las gestiones para su salida a Barcelona y hacia el extranjero, y de los avatares de los cartujos hasta el retorno de la Comunidad a Montealegre, trataremos en el último artículo.