Twitter es una red social que permite enviar mensajes de 140 letras, a las personas que están conectadas, como seguidores, a la cuenta, desde donde se emite el mensaje. Si nos fijamos únicamente en la capacidad de comunicar de esta corta línea de texto, podríamos pensar que es poco lo que va a poder decir el Papa. Entonces ¿Qué hace el Papa en Twitter? ¿No es mejor una encíclica de catorce páginaso treinta páginas? ¿Un libro? Pues cada uno de estos medios tiene su razón de ser, incluido Twitter.
Al hablar de Twitter tenemos que pensar en la inmediatez que conlleva una frase de 140 letras. Una frase tan corta se lee un 2-3 segundos y se lo que se dice en ella, se acepta o rechaza en uno o dos segundos adicionales. La gran pregunta que nos hacemos los usuarios de Twitter es ¿Qué frase podemos compartir para que haga mella en quienes la leen y la difundan en masa? No es fácil hacerlo.
Twitter es más que una frase de 140 caracteres. Por ejemplo, permite señalar determinadas palabras, que creemos son fundamentales, con un signo # ante ellas. Esta palabra deja de ser una simple palabra para convertirse en un hashtag. Dentro de twitter podemos buscar las frases (tweets) que posean este hashtags y darnos cuenta de qué se dice en torno a ellas. ¿Para qué querría hacer esto? Seguramente la mayoría de los usuarios de twitter nunca se han puesto a pensar que al colocar un hashtag, están creando una estructura de red semántica que señala y condiciona lo asociamos subjetivamente a esa palabra. Prueben a buscar el hashtag “#bien” o #mal y leerán lo que otras personas sienten como bueno o malo. Puebe a buscar #ladrón y verá a quienes se asocia esta palabra. ¿Y si buscamos #esperanza? Los hashtag también permiten señalar un tema y que todos los que estén interesados en este tema, tengan un lugar común donde encontrar la información u opiniones que se están dando sobre el tema.
Twitter también permite “retwittear” (reenviar) una frase que nos haya enviado, a su vez, una persona a quien seguimos. Esto permite difusión viral de la comunicación, pero la viralidad no es nada sencilla de obtener, ya que para obtenerla necesitamos de dos elementos previos:
1.- Relevancia (atractivo) del emisor
2.- Relevancia (atractivo) de la frase
Si una persona relevante transmite (twittea) una frase relevante, esta breve frase llega a todas partes. Si un “don nadie”, dice una verdad tremenda, difícilmente llegará más allá de dos niveles de enlace. La relevancia de quien twitea es imprescindible Twitter. Por eso es tan importante que el Papa posea este canal de comunicación. Cualquier obispo tendría la centésima parte de impacto en la red.
Pero hay más. Twitter permite adjuntar enlaces a contenidos externos y a fotos que adjuntamos al tweet. Esto nos permite dotar a la breve frase de 140 caracteres de una fuerza comunicativa adicional. Eso sí, siempre que la frase sea lo suficientemente atractiva como para que se pulse el enlace adjunto. ¿Qué mejor que sea el Papa quien señale el enlace donde leer o visualizar el mensaje que nos quiere transmitir?
Volvamos a la pregunta inicial ¿Qué hace el Papa en Twitter?
La respuesta es simple, evangelizando con un medio novedoso, en el que la esencialidad y la relevancia son imprescindibles.
¿Será realmente el Santo Padre quien gestione la cuenta? Lamento decir que es más que seguro que el Santo Padre no será quien gestione su cuenta. Necesitará de dos o más personas dedicadas gestionar la comunicación entre al cuenta Twitter Papal y el resto del universo Twitter. Sin duda es una aventura apasionante, necesitada de profesionales responsables e innovadores.
Aún así, lo que es seguro es que sentiremos al Santo Padre más cerca de nosotros, si leemos sus pensamientos y propuestas en Twitter.
¡Ánimo Santo Padre! Le estamos esperando en Twitter.