No me resisto a compartir aquí lo que ya publiqué en Facebook (gracias a un post de un autor que sigo y admiro profesionalmente y al cual parafraseo).
La historia ha dado la vuelta al mundo. Es decir, se ha convertido en viral. Y es real. Un agente de policía en Nueva York, cerca de Times Square, patrulla con los pies helados de frío, pese a llevar puestos dos pares de calcetines y calzar sus gruesas botas. Ve a un pobre descalzo en la calle así que decide entrar en un comercio de ropa y calzado para el frío donde compra unas botas y un par de calcetines. El dependiente le descuenta su propio beneficio del precio de venta. El agente entrega botas y calcetines al indigente. En ese instante pasa por allí una turista de Arizona, hace la foto con su teléfono y la cuelga en la red.
Como dice Juan José García Noblejas en su blog scriptor.org, "No hay mucho que contar, pero sí quizá algo que pensar sobre la inmensidad del número de gentes buenas y -ya de paso- preguntarnos si realmente podemos contarnos entre ellas. Sin foto ni historia publicada de lo sucedido".