Confieso que estoy un poco confuso cuando trato de descubrir por que caminos transitan nuestro políticos. En el espectro ideológico hay de todos los colores, pero me da la impresión que hay un patrón común, una falsilla, en la que cada cual coloca sus matices, pero sin grandes diferencias en el terreno moral. Todos conocemos lo que defendía el PSOE de Zapatero, pero no conocemos a ciencia cierta lo que defiende el PP de Rajoy en este terreno.
Sigue habiendo abortos legales, la clase de Religión sigue discriminada, el matrimonio está a la intemperie y pueden acceder con este nombre todo aquel que se invente cualquier tipo de unión, el Tribunal Constitucional resuelve contra la Constitución en esta materia, los jóvenes siguen yendo a la deriva en muchos ambientes... , hay delitos que se quedan impunes etc. Y uno piensa si será verdad que lo más importante es la economía, y lo demás puede esperar.
Cuando escuchas a un experto en sectas, como lo es D. Manuel Guerra, que tanto en la izquierda como en la derecha está infiltrada la Masonería, y que Zapatero como Rajoy son masones (entrevista mantenida con D. Manuel Guerra en “Intereconomía” y publicada en distintos medios), y que en las cúpulas de los partidos predomina la ideología masónica, uno ya no sabe que pensar, que hacer y qué votar. ¿Todos los “perros” son iguales aunque con distintos collares?
¿Se prometen cosas en campañas que después se quedan sin cumplir? Y no hablo de economía, hay algo más importante que está en la base de los problemas que estamos padeciendo. No hablo tampoco de política que no es lo mío, pero sí hablo de Etica, Moral, Humanismo , dignidad de la persona humana... Tenemos que andar con campañas mediáticas emprendidas por iniciativas privadas para intentar forzar el cumplimiento de leyes constitucionales que defienda al ser humano, y las instituciones acordes con su dignidad. ¿Para qué están las Cortes y el Defensor del pueblo?
Cuando se defiende la vida, o el matrimonio, enseguida salta la “alarma” hipócrita que pone en guardia a la población asegurando que estas son cuestiones religiosas que se deben recluir en el rincón más oscuro de la conciencia. Señores ideólogos de turno, apaguen las alarmas y recurran a la voz más genuina que brota de su interior, y observen si de verdad es humano matar a seres inocentes e indefensos, si es lógico que a la unión afectiva de dos hombres, o dos mujeres, se le puede llamar matrimonio, suprimiendo de un plumazo, de un decretazo, el origen de una institución que se pierde en la noche de los tiempos.
Necesitamos políticos con criterio definido, que defiendan un humanismo respetuoso con la suprema dignidad del hombre, y que no nos confundan con tergiversaciones interesadas y tendenciosas. Los que pensamos así defendemos al ser humano desde su concepción hasta su fin natural, defendemos la libertad para que cada uno enfoque su vida de acuerdo con sus creencias sin atentar contra el orden natural, defendemos el matrimonio y la familia, defendemos nuestra Religión que necesariamente ha de influir en nuestro modo de pensar y actuar, defendemos a una España que hunde sus raíces en una concepción cristiana de la vida, y profesamos nuestra fe inquebrantable en Dios, respetando a los que piensen lo contrario.
Juan García Inza
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