(Viene de 1ª Parte)

Juan Manuel, imagino que el proceso de reflexión, que se hace en cada capítulo sobre el testimonio de cada persona convertida, es también una invitación a llevarlo a cabo en la situación en la que cada uno se encuentre.

Usted sabe perfectamente que el tema de las personas de tendencia homosexual está de plena actualidad y tiene un lobby gay que, a través de distintos medios y modos, quiere cambiar leyes, normas y categorías de salud, sociales,… para “normalizar” cada vez más esa situación a través de la ideología de género, fiestas del orgullo gay, etc. ¿Ha tenido usted en cuenta esa oposición para tratar el tema de manera “no ofensiva” para ese lobby? ¿ha tenido presiones o ataques de ellos? ¿se imagina usted poder llegar un día a presentarles este testimonio de Rubén García y que puedan o quieran estar abiertos al mismo?

Tengo la suerte de haber trabajado durante veinticuatro años, como periodista, guionista o director, con absoluta libertad, respetando también la sagrada libertad de cada persona, que respeta el mismo Dios. Mi libertad no ha estado en venta ni negociación, con nadie, nunca. No he pedido jamás permiso para pensar, para escuchar, ni para hablar, ni para decidir qué historia cuento, ni cómo lo cuento. Esa misma libertad, inviolable, la tiene cualquier espectador, que decide lo que ve y lo que no ve, lo que le gusta y lo que no. Por suerte, siempre he encontrado respeto, sin haber pagado peajes a nadie. Tal vez por no haber dedicado nunca un instante de mi trabajo a criticar a nadie, ni a juzgar a nadie, ni a ofender a nadie, también me han respetado a mí. Someto todo a mi sentido de la honradez, a mi criterio estético, a mis apuestas personales, asumiendo plenamente mi capacidad de equivocarme, que es altísima y tantas veces demostrada. A eso sumo que sí tengo muy en cuenta el criterio de Dios, que está claro, escrito y dicho para quien quiera conocerlo: amar sin límite. Pero no funcionó nunca condicionado por el miedo a lo que otros pensarán o dirán sobre mí, aunque me alegren los elogios y me duelan las críticas, como a cualquiera. De todas formas, permita que le cuente algo que tal vez le sorprenda. Este verano, me detuvo en la calle un joven de inclinación homosexual, que me dijo, abrazándome: "tengo 31 años y me acabo de bautizar, después de ver la historia de Rubén, en TE PUEDE PASAR A TI. Muchas gracias." Después de algo así, ¿piensa que me pueden afectar mucho las posibles críticas, si surgieran?


Rubén, ¿cuáles son o han sido las principales objeciones que hoy en día ponen las personas de tendencia homosexual que no aceptan o no quieren escuchar y acoger su testimonio? ¿cómo se las rebate usted?
En varios lugares de la República Mexicana donde he compartido mi testimonio lo más difícil es que ellos me escuchen decir la atracción homosexual no es de nacimiento, no hay un gen gay, Dios no te creó así, etc.  Y así la mayoría se cierran, pero ya después algunos me escriben a mis correos electrónicos con esas inquietudes de saber las causas que marcaron nuestras vidas, y ya entonces les envío algunos documentos al respecto.  


Juan Manuel, como conclusión de este trabajo, testimonio, reflexiones y diálogos ¿qué conclusiones pueden sacarse? ¿hay tantos tipos de homosexualidad como de personas homosexuales y cada uno es un mundo? ¿no piensa usted que el testimonio de Rubén es más bien extremo respecto de la realidad estadística media de hoy en día? ¿este testimonio es sólo para personas lesbianas, gays, o también transexuales, bisexuales,...?

Insisto en lo mismo de antes. No me interesan las clasificaciones, ni los grupos, ni las estadísticas, salvo por este dato irrefutable: el cien por cien de los seres humanos, sin excepción, somos amadísimos por Dios, nuestro Padre y Creador. Todos somos hermanos, con idéntica dignidad. Ese dato estadístico sí que me fascina y me compromete. Me asombra que Jesucristo no haya dado su vida por muchos, sino por todos, y que haya dicho y demostrado que su amor predilecto somos los más pecadores. Somos su ojito derecho, porque sabe que quien se aleja de Dios es el más necesitado, el más pobre, el más solitario, el más vacío. La receta de Cristo es idéntica para listos y tontos, ricos y pobres, flacos y gordos, hombres y mujeres, melenudos o calvos, sanos o enfermos, niños o ancianos... y para cualquier clasificación de personas que pretendamos hacer de modo artificial. Un cristianismo que se destina a unos pocos, o a los que se consideran "buenos", es la antítesis del Evangelio. Todos, hijos de Dios, hermanos únicos y singulares, agrupados en el mismo abrazo.


Rubén, nos importa identificar bien las cosas, los conceptos y las personas para una mejor consideración o tratamiento adecuados. Las personas con tendencia homosexual si no cambian de conducta, o mejor aún, si no se convierten, ¿tienen un problema, o una enfermedad, o una falta de madurez afectiva y sexual, o algo que no pueden evitar…? Es decir, qué signos les pueden indicar que están ante un problema, una enfermedad, algo genético, adquirido,…? ¿qué proporción o estadística hay de unos y otros orígenes, porque hay quien dice que no es un problema genético sino de conducta, y hay quien piensa todo lo contrario?
El mejor tratamiento para personas con atracción al mismo sexo, es el amor de parte de nuestros familiares y -en especial- los varones de otros varones heterosexuales, y en el caso de las mujeres el amor de otras mujeres heterosexuales. En la mayoría de las veces, más que una relación sexogenital, buscamos ser escuchados, amados, recibir un abrazo sin necesidad de pagar un precio mediante relaciones de tipo sexual.

Nosotros, en Courage, si alguien no quiere conocer el plan maravilloso que nuestro Creador tiene para ellos, respetamos su decisión tal y como el mismo Dios la respeta, y no por ello les vamos a decir enfermos, que tienen un problema, anormales, etc. Jamás les diríamos así. Y yo en lo personal, respeto las diferentes formas de pensar y pido lo mismo en mi forma de pensar y de vivir. Sólo les digo amados hermanos, cuando sientan que ya no pueden más, está Cristo a través de Courage Latino, en nuestra amada Iglesia Católica, esperando por ellos con los brazos abiertos. 

(Acaba en 3ª parte)