Juan de Ávalos, el escultor del beato Anselmo Polanco Fontecha
El escultor Juan de Ávalos (1911-2006) está considerado como uno de los escultores españoles que mayor pasión ha demostrado por el cuerpo humano, como se observa en los cuerpos del conocido mausoleo de los Amantes de Teruel, o en los cristos y piedades salidas de su cincel. Gustaba definirse como picapedrero porque con el mismo instrumento que el obrero de la piedra se gana el pan, él se ganó la gloria de sus obras.
La obra de Juan de Ávalos es magistral y sólida: algunos conjuntos monumentales notabilísimos salidos de su taller son el dedicado a “Los amantes de Teruel” en la misma ciudad de Teruel, que ideó desde 1955 y que se custodia en la Iglesia de San Pedro; “Monumento a Luis Carrero Blanco” en Santoña; en la parroquia de San Francisco de Barbastro se puede contemplar la primera imagen del beato gitano “El Pelé”, realizada a finales del siglo XX. El monumento a “Fernando el Católico” de Zaragoza data del año 1969.
Para la Cruz de El Valle de los Caídos realiza un conjunto de nueve figuras: una Piedad monumental de seis metros de altura que corona la entrada de la cripta; cuatro estatuas de los evangelistas San Juan, San Marcos, San Lucas y San Mateo, de 18 metros de altura cada una; y cuatro estatuas de las virtudes: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza, de 16 metros de altura. Los críticos afirman que con la obra de El Valle de los Caídos Ávalos “enlaza con la tradición de Miguel Ángel y de las esculturas centroeuropeas”.
El monumento dedicado al Padre agustino Anselmo Polanco, el Obispo Mártir de Teruel, fue esculpido en 1953. Junto a él incluye uno de los modelos de “La Piedad”, bocetados para El Valle de los Caídos. Se localiza en la plaza de Cristo Rey, llamada de las Monjas.


 



Luego, en 1995, diseñó este hermoso relicario que custodia un pectoral que fuera del Beato Anselmo Polanco y que se custodia en la Cripta de los Mártires de la Catedral de Teruel.