Comienzo con esta primera entrada el blog que pretendo que sea un diario, no exactamente cronológico, de la vida de mi parroquia. Lo que deseo es reflexionar al hilo de la vida diaria de una parroquia normal teniendo como telón de fondo la necesidad de una Nueva Evangelización propuesta ya hace muchos años y que ahora está siendo impulsada con determinación por nuestros pastores con el Papa Benedicto XVI a la cabeza. Por ejemplo en mi diócesis de Madrid el Plan Pastoral que propone el Obispo tiene claramente como leit motiv la llamada a la Nueva Evangelización. Espero que estas reflexiónes me lleven a ir descubriendo, y eso es lo que quisiera compartir con todo aquel que tenga a bien participar en este blog, vías y caminos concretos para hacer realidad la Nueva Evangelización, que como sabemos, tiene como primeros destinatarios a hombres y mujeres que en su mayoría han recibido el Bautismo y Catequesis, han celebrado Sacramentos pero no podemos considerar cristianos en sentido existencial, puesto que lo que define al cristiano, la confesión y testimonio de Cristo Vivo como Señor más allá de la participación o no en ritos, no se da en ellos. No son mejores ni peores, pero no son cristianos. No creo que nadie se lleve ya a engaño. Estas personas no van a volver a la Iglesia si no se les evangeliza de nuevo. Y tampoco van a regir sus vidas ni la vida de la sociedad con valores cristianos si no son evangelizados de nuevo. No educarán cristianamente a sus hijos si no son evangelizados de nuevo. Nunca aceptarán a la Iglesia como lugar para vivir y en el que crecer ni como luz para orientar sus vidas si no son evangelizados de nuevo. Jamás van a entrar en la Iglesia, a no ser por obligación o un interés personal si no son evangelizados de nuevo. Por lo tanto tendremos que “salir” de nuestras iglesias para buscarles y proponerles a Jesucristo. Porque, al menos yo, estoy convencido de que no hay en el mundo otro nombre bajo el que puedan los hombres ser salvados.
Me gustó una frase que oí en el Encuentro de Nueva Evangelización 2012, en Santander (ENE12) y que ahora no recuerdo de quién es, pero decía más o menos: “Si la gente ya no acude a las Iglesias cuando tocamos la campana tendremos que salir para tocar los timbres de sus casas”.
Bien, esto era como la presentación. Ahora viene una primera reflexión. Cuando llegué a la parroquia, hace ya casi un año, como todos los párrocos, imagino, me empecé a preocupar por los jóvenes. En mi barrio hay muchos. Gracias a Dios unos van a otras parroquias, otros son del Camino Neocatecumenal, otros, me imagino, vivirán la fe en otros lugares. Por ejemplo sé de varios que van al Opus Dei o a la Milicia de Santa María. Pero en la parroquia solo hay un joven. Sí, Uno. Podría maquillar las cifras, pero a lo mejor llegaría a cinco. La realidad es que en la parroquia hay un joven, muy fiel, eso sí. En los bancos de los parques hay muchos jóvenes y en el instituto también, luego no es un problema demográfico.
Hace unos años iba con el Melenas, un joven de mi primera parroquia, en coche a algún lugar:
- ¿Ponemos un CD?
- Es que lo que tengo no te va a gustar…
-¿Porqué? – creo que a pesar de todo me consideraba un cura moderno.
- Es música clásica. Bach.
- ¿Quién…?
- El músico más grande de todos los tiempos.
-¡Anda ya…! No te tires el pisto
- No me tiro nada, vamos a oír un poco. La cantata “Que el rebaño paste en Paz”
(…)
-¿Qué tal?
- Bach es una mierda (sic)
- ………….??!!!*^#!!
- qué royo!!!
- Mira Melenas, Bach no es una mierda (sic). Tu gusto es una mierda. ¿Tú que oyes?-
Me pone en la radio algo que me parece que se llamaba bakalao, no se si a la vizcaína o al pil-pil.
(…)
- Melenas….
-¿Qué?
- Eso es una mierda.
- Tú no tienes ni idea y escuchas música de viejos.
Pensé en proponerle rezar el Rosario pero creo que nos pusimos a comentar asuntos intrascendentes.
El Melenas es un joven que repitió COU dos veces después de ser expulsado del Instituto y empezó tres carreras universitarias sin aprobar ni una sola asignatura de ninguna de ellas. Al final dejó la universidad y estuvo vagando por el mundo una temporada, gracias al esfuerzo de sus padres de cuya debilidad, sinceramente, creo que se aprovechó bastante. Tuvo muchas relaciones sentimentales cada vez de una duración más corta y de un perfil poco tradicional. No sé si llegó a trabajar establemente.
Un gran chico el Melenas. Un gran corazón. Había recibido la catequesis de Iniciación Cristiana, se había confirmado, estuvo en un coro parroquial, trabajó durante un par de años como voluntario de Cáritas en un proyecto para niños de familias desestructuradas y hoy por hoy no solo puedo decir que no practica, sino que su “paso” por la Iglesia no le ha supuesto ningún crecimiento en su vida.
Hay muchos Melenas. Quizá no con un fracaso tan estrepitoso en todas la áreas, pero una cosa que me llama la atención es que no sienten que les falte nada o, por lo menos, no más que a otros.
Yo siempre digo que si se hiciese un Referéndum solo habría un tema en el que el 100% de la población estaría de acuerdo. ¿Quiere usted ser feliz? SI. 100%. Hay personas que a lo mejor dicen que no quieren pero les consideramos enfermos y nadie quiere estar al lado de ellos, a no ser para cuidarles e intentar que se curen. Si, ser feliz es la aspiración de todo ser humano. El problema viene cuando pregunátamos: ¿CÓMO?. Aquí es donde no nos ponemos de acuerdo. Mucha gente cree que para ser feliz hay que satisfacer todos los deseos de la carne (no se entienda aquí carne en sentido sexual sino en su relación con espíritu) y no comprenden, me parece a mí, que satisfaciendo solo los deseos de la carne no se sacia la necesidad del hombre de ser feliz. Esta sólo se empieza a saciar cuando se satisfacen los deseos del espíritu. Claro, que saciar los deseos del espíritu, o lo que llamaríamos “lo profundo”, “el corazón” a veces entra en contradicción con el deseo de saciar la carne. ¿Por qué? Porque la satisfacción de los deseos carnales bloquea la posibilidad de saciar los deseos del espíritu. Tu quieres libertad pero si eres esclavo de la tele, la bebida, salir, vestir, comer, enrrollarte o lo que sea no eres verdaderamente libre. Tu quieres que te quieran pero si eres esclavo de, esta vez si,satisfacer los deseos de la carne, es imposible que llegues a ser capaz no solo de amar, sino también de ser amado como deseas.
En fin, a mí me parece que muchas personas podemos llegar a echar tierra sobre nuestros deseos más profundos y auténticos, aquellos que ponen en marcha un dinamismo que lleva a la búsqueda de la verdadera felicidad. Hay gente, y esto es así, que no busca la felicidad, porque no se imagina que pueda haber una felicidad más allá de la satisfacción inmediata de los deseos de la carne, en sentido amplio. Y hay otros que ni siquiera están dispuestos a aceptar que otro u otros les señalen un camino para descubrir esos otros deseos que no entran en contradicción con los deseos de la carne pero que si deben someterlos. He aquí un hombre postmoderno, que puede llegar incluso a decir: soy feliz revolcándome en el barro.
A mucha gente le parece un manjar exquisito la Gula del Norte, que como todo el mundo sabe es un sucedáneo de la Angula de Aguinaga que sí que es un manjar tan exquisito como exclusivo. Se puede vivir pensando que lo mejor del mundo es la Gula del Norte, pero si alguien es capaz, porque no es tan fácil, de probar la Angula de Aguinaga, descubrirá un mundo nuevo. Habrá gente que se crea, si se lo cuentan, que existe algo mejor que la Gula que, con ser bastante aceptable, no deja de ser un sucedaneo. Pero el problema verdaderamente terrible es cuando alguien no está dispuesto a aceptar que pueda haber algo mejor que la Gula. Esa persona razona de una manera muy habitual en el mundo en que vivimos. Nunca he probado la Angula de Aguinaga luego la Angula de Aguinaga no existe. Tú dices que existe y que es mejor que la gula, pero eso es para ti, para mí lo mejor es la Gula del Norte. Así nunca probará la Angula. Estamos ante un muro. Un muro gnoseológico. ¿Cómo romper ese muro? En primer lugar con una convicción antropológica: si un tío prueba la Angula de Aguinaga, si no está enfermo, le gustará más que la Gula del Norte. Porque estamos HECHOS así.
PRIMERA REFLEXION. En la Pastoral de la Parroquia debo partir de una verdad antropológica: todo hombre o mujer está hecho para la felicidad plena y ésta solo se encuentra en Jesucristo.
SEGUNDA REFLEXION. Hay un muro, que yo llamo gnoseológico, que impide a mucha gente ver esta primera verdad inmediatamente pero la capacidad de aprehender la verdad es constitutiva y la atracción de la verdad es tal que lleva a un adhesión que cambia la vida de una persona y toda su estructura existencial. La aprehensión de la verdad no ocurre sólo en el intelecto sino también, sobretodo y previamente, en la experiencia.
TERCERA REFLEXION. Con los métodos tradicionales no llego a romper ese muro en la gran mayoría de la gente que no se acerca a la Iglesia porque viven con ese esquema postmoderno de “la Gula basta” y “la Angula para tí si te gusta.”
CUARTA REFLEXION. Hay que encontrar el método para que la gente tenga experiencia de la Angula antes de decidir qué es mejor.
UNA PREMISA. Sólo un Poder extraordinario puede ser capaz de derribar el muro gnoseológico para que yo pueda dar a probar la Angula.
UNA INTUICION: Todo debe ser hecho amable y gratuitamente.
COROLARIO: La Pastoral en la Parroquia solo se puede hacer en el Poder del Espíritu Santo, no en el poder de ninguna técnica, ciencia o planificación humana. Todos los recursos que empleee han de ser sometidos a ese poder y yo mismo he de creer y fiarlo todo a El. De mi parte tengo que ser muy consciente de a quién hablo y hablar su mismo lenguaje porque Dios me quiere como canal o instrumento de evangelización. Si una persona se convierte tengo que tener previsto un lugar en el que pueda crecer de verdad, no como el Melenas, que estuvo varios años entretenido haciendo cosas en la parroquia para nada, para nada relevante en su vida.
EXAMEN DE CONCIENCIA: El Melenas tendría que haber empezado por una verdadera experiencia de encuentro personal con Jesucristo y yo no debería haberla dado por supuesta antes de pretender que le gustase Bach más que el Bakalao.
PROPOSITO: a mi joven de ahora no le aburriré con ningún discurso mientras no haya verificado un encuentro personal con Jesucristo que haya constituido una nueva personalidad, es decir que le haya derribado el muro gnoseológico y le haya convertido en un hombre nuevo que haya superado la postmodernidad.