Las mujeres, como los perros y otros animales considerados inmundos, no pueden pasear solas al lado de las mezquitas.
En Mallorca, inmigrantes musulmanes tienen una mezquita en la calle Juan Mestre de la capital de la isla balear.
Esta isla “pertenece” al Al-Andalus en el imaginario colectivo de los musulmanes, y en las calles hay agentes de la ORA, de la empresa Domier, concesionaria de este servicio municipal. Mujeres agentes de la ORA han sido acosadas y maltratadas verbalmente por fieles muy devotos musulmanes que van a la mezquita. La empresa ha retirado de la zona aledaña a la mezquita a sus mujeres trabajadoras por inseguridad ante las agresiones verbales. Fuentes del comité de empresa han explicado que solo se registraron casos de maltrato verbal pero para evitar posibles agresiones físicas que obligaran a activar el protocolo de seguridad decidieron trasladarlas a otras zonas menos conflictivas. La empresa Dornier cuenta con una plantilla de 140 controladores de los que unas sesenta son mujeres. Estas han explicado que cuando ellas todavía patrullaban por la zona los devotos musulmanes las obligaban a bajar de la acera y no les hacían caso si les sancionaban.
Desde hace varios meses solo patrullan hombres, para evitar el enojo de los creyentes muy fervientes del Islam.
El presidente de la comunidad musulmana, Youssef Jouihri, asegura que nunca ha solicitado al Ayuntamiento de Palma la retirada de las controladoras de la zona, y afirma que "Tienen derecho a poder trabajar. Para el Islam la mujer es una joya que debemos cuidar. No podemos despreciarla cuando está trabajando".
Youssef Jouihri, y la comunidad musulmana están en desacuerdo con la zona azul de la ORA y afirman que “con la crisis económica un elevado porcentaje de creyentes está en el paro, y cuando se desplazan en coche a la mezquita nos cuesta pagar porque no tenemos trabajo", explica Jouihri quien sostiene que “cada viernes se repite idéntica situación, acuden a la mezquita a rezar, se olvidan de poner el tique y reciben una sanción. Pagar ochenta céntimos cada treinta minutos es demasiado cuando estás en el paro y tienes cinco hijos".
Sostiene Youssef Jouihri que el Consistorio tiene otras formas de conseguir dinero para las arcas municipales, incluso aboga por el regreso de las controladoras. "La mayoría de las chicas son muy educadas. Si alguien las ha molestado no es un auténtico musulmán", concluye contradiciendo las declaraciones de las agentes. Estas aseguran que cuando todavía patrullaban por la zona iban por parejas por miedo a los musulmanes que las obligaban a bajar de la acera y no les hacían caso si les sancionaban.
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