Al hilo de mi anterior post sobre la belleza, una causa relacionada con la época de auge de lo feo en la que nos encontramos es la decadencia de la sociedad. Cuando las personas entran en decadencia (porque “la sociedad” en realidad son personas concretas), por ejemplo por alejarse de Dios y por tanto perder un referente moral firme, empiezan a fomentar lo feo. Al contrario ocurre con las sociedades en progreso, que fomentan la belleza.

Acabamos de tener un ejemplo muy reciente: las tan aplaudidas ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos han sido la confirmación de que Inglaterra está perdida. Su decadencia es total, al igual que la del resto de Europa. Ya no son referentes de nada para nadie. Valgan unas fotos para darse cuenta…

Aquí, en casa, pongamos la televisión y veamos los programas más exitosos. También podemos fijarnos en los estrenos de la cartelera de cine o en los videoclips más promocionados. Vaya a ver una obra de teatro o una exposición de algún artista contemporaneo. Incluso observe los monumentos de las rotondas de su ciudad…

La consigna es que lo feo es bueno y que cuánto más feo mejor. A base de insistir la gente tonta se lo traga y repiten como un loro lo bien y bonito que es todo, cuando la verdad es que es un adefesio. Y así, poco a poco, conforme avanza la decadencia, nos van imponiendo esa fealdad, un instrumento muy útil para alejarte de Dios.

Aramis