Difícil ¿verdad? Pues bien, Felipe I de Nápoles, Felipe I de Inglaterra y Felipe I de Portugal no es otro que nuestro Felipe II, una de las grandes figuras de la historia, con una reputación bastante negativa que sólo un pueblo como el extraño pueblo español habría consentido, cuando no fomentado, en un personaje que elevó nuestro país a primera potencia mundial, y que no sólo no se corresponde con la realidad histórica, sino que es producto de la primera campaña de propaganda realizada con el apoyo de la imprenta, la que se da en llamar la Leyenda Negra que rodeó a Felipe II durante todo su reinado e incuso después.
Pero vayamos por partes y expliquemos cada uno de los títulos que explican el de este artículo.
Felipe es Felipe I de Inglaterra desde el 25 de julio de 1554, en que se casa con su tía segunda Isabel de Tudor y de Aragón, hija de Catalina de Aragón, hermana de la abuela de Felipe, Juana I de España, conocida como Juana la Loca. Para poder esposar a su tía segunda, once años mayor que él, Felipe ha de firmar unas estrictas capitulaciones que le convierten en Rey de Inglaterra pero le impide gobernar, en un extraño precedente del lema de las monarquías constitucionales según el cual, “el rey reina pero no gobierna”.
Felipe será rey de Inglaterra hasta el mismo día en que muere su esposa María, esto es, el 17 de noviembre de 1558, si bien en la práctica, había dejado de serlo mucho antes, desde que en julio de 1557 abandona el país para no volver nunca más a él. Durante el corto reinado de Felipe y de su esposa María, el hecho más reseñable no es otro que el breve retorno de Inglaterra al catolicismo, operado el 30 de noviembre de 1554, revertido apenas cinco años después con el Acta de Uniformidad que promulgará la sucesora de ambos, Isabel I de Inglaterra, en 1559. Un hecho, éste de la condición de monarca inglés de Felipe de Habsburgo, Felipe II de España, que acostumbra a olvidarse o postergarse cuando se comenta el hecho histórico que termina con el desastre de la Gran Armada ante las costas inglesas en 1588.
Estrechamente relacionado con el breve reinado de Felipe en Inglaterra se halla precisamente su reinado en Nápoles, sin embargo mucho más duradero. Y lo está porque para que el matrimonio de Felipe con María de Inglaterra fuera un matrimonio inter pares, de igual a igual, entre dos reyes, su padre Carlos V abdicado en él la corona napolitana. Una corona que recibiría exactamente un día antes de recibir la corona inglesa, el día 24 de julio de 1554, de manos de Juan de Figueroa, enviado especial de Carlos V y regente de Nápoles a la sazón. Lo cierto sin embargo es que Felipe II no estuvo en toda su vida en Nápoles, de donde sin embargo será rey hasta el mismo día de su muerte, el 13 de septiembre de 1598.
Nos queda por último Felipe I de Portugal. El 4 de agosto de 1578 se produce la muerte en la batalla de Alcazarquivir en Marruecos del Rey Sebastián I de Portugal. Un Sebastián que por otro lado, es sobrino de Felipe II, hijo como es de su hermana y al que su tío había desaconsejado repetidas veces la "aventura africana", según consta en correspondencia escrita.
Al no dejar descendencia, accede al trono su tío abuelo, el Cardenal Enrique, hermano de Manuel I, que reina como Enrique I durante dos breves años. A la muerte de éste una vez más sin descendencia, los mejores derechos dinásticos recaen ya sobre Felipe II en cuanto hijo de Isabel de Avis, Isabel de Portugal, segunda hija del Rey Manuel I de Portugal y esposa de Carlos V. Pero antes de que Felipe pueda hacer valer sus derechos, se proclama rey de Portugal el 24 de julio de 1580 Antonio, Prior de Crato, que aunque es nieto como él del rey portugués Manuel I, lo es por línea bastarda, ya que es hijo no legítimo de Luis de Avis, hermano de Isabel de Portugal, la madre de Felipe.
El 12 de septiembre de 1580 y en Lisboa, Felipe II es proclamado Rey de Portugal con el nombre de Felipe I. Poco menos de un año después, el 15 de abril de 1581, es jurado rey por las Cortes portuguesas reunidas en Tomar. Felipe se desplazará a Lisboa entre 1581 y 1583, después de lo cual nombra regente del país a su sobrino el Cardenal Archiduque Alberto de Habsburgo. Igual que ocurre con Nápoles, Felipe será rey de Portugal hasta el mismo día de su muerte, el 13 de septiembre de 1598.
©L.A.
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