Ahora que, huérfanos los españoles de las sesudas disquisiciones con las que a diario nos obsequiaba el Sr. Zapatero, el Sr. Gómez ha asumido valientemente para sí la alta responsabilidad de rellenar el vacío intelectual dejado por el ex-presidente del Gobierno, parece un buen momento para preguntarse: "Y bien, estos ministros del Opus que amenizan las peores pesadillas del Sr. Gómez, que coparon buena parte de la escena política patria en los años 50, 60 y 70, a los que comúnmente se asocia con la tecnocracia franquista y también, para dolor y pesar de muchos (seguramente del Sr. Gómez también), con los mejores años del desarrollismo español... ¿quiénes fueron finalmente?"
Pues bien, aunque se ha atribuído la condición de miembro del Opus Dei a muchos más que pudieron ser simplemente cercanos o afectos, los que generalmente se definen como los "ministros de Opus Dei" en los gobiernos de Franco apenas son ocho, ocho de los ciento dieciséis con los que Franco se desenvolvió en los treinta y nueve años que duró su presencia al frente de la Jefatura del Estado. O sea, ni un 7% de sus ministros. Insuficientes hoy día ni para completar la mitad de un gabinete. Su desembarco en el ejecutivo es, además, tardío, no datando de antes del año 1957 la incorporación de los dos primeros ministros-opus.
Estamos hablando, en primer lugar, de Mariano Navarro Rubio (1913-2001). Nacido en Burbáguena (Teruel), fue jurídico militar y letrado del Consejo de Estado. Subsecretario de Obras Públicas en la Restauración con Vallellano, es nombrado ministro de Hacienda en 1957, cargo en el que permanece hasta 1965. Es el principal propulsor del Plan Nacional de Estabilización Económica que se tradujo en el denominado "Milagro Económico de los años 60", en el que el crecimiento de España supera al de sus vecinos europeos, y es comparable entonces al de Japón. A su salida de Hacienda, es designado Gobernador del Banco de España, hasta que cinco años después de elegido, se ve salpicado por el caso Matesa, que provoca su renuncia y su retirada de la vida pública.
El siguiente militante del Opus Dei que entra en los gobiernos franquistas es Gregorio López Bravo (19231985), el más joven de todos los ministros opusinos. Nacido en Madrid e ingeniero naval, inicia su carrera política en 1959 como director general en el ministerio de Comercio. En 1962 es nombrado ministro de Industria, puesto que abandona en 1969 para pasar a ser ministro de Asuntos Exteriores. Desde ese ministerio aproxima las relaciones con los países del este de Europa, consiguiendo la apertura de oficinas comerciales en Moscú y en Madrid. Fue relevado del ministerio al permitir que en la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1973 no se tratase la cuestión de Gibraltar que su predecesor, Fernando Castiella, había dejado muy bien enfocada. Formó parte de la terna propuesta al Rey por el Consejo del Reino al producirse la dimisión de Arias Navarro, en la que también estaban Federico Silva Muñoz y Adolfo Suárez, el finalmente elegido. Durante la Transición será diputado por Alianza Popular, renunciando al escaño el día en que entra en vigor la Constitución. Morirá el 19 de febrero de 1985, en el accidente del vuelo 610 de Iberia, que se estelló cerca de Bilbao al chocar contra una antena de televisión cuando efectuaba el aterrizaje.
El cuarto miembro del Opus Dei en los gobiernos de Franco es Juan José Espinosa (19181982). Nacido como los dos anteriores en Madrid y licenciado en derecho por la Universidad Central de Madrid, era militante de Falange (lo que demuestra que ser del Opus y ser de Falange no era algo, como muchos creen, incompatible). Consejero nacional en el ministerio del Movimiento Nacional, trabajó como subinspector del Sindicato Español Universitario (SEU) y ocupó puestos de responsabilidad en las áreas de economía y hacienda hasta ser nombrado en 1965, ministro de Hacienda, una cartera, como se ve, particularmente propicia a los ministros de la Obra. Cesa con el escándalo Matesa en 1969.
El quinto es Faustino García Moncó (19161996). Nacido en Santander y licenciado en derecho por la Universidad de Oviedo, participa en la Guerra Civil como alférez provisional en los tercios del Requeté. Abogado del Estado al terminar la Guerra, en el sector privado llega a ser director general adjunto del Banco de Bilbao. En 1957 es nombrado subsecretario de Comercio, y en 1965 ministro de Comercio, ministerio en el que permanece hasta 1969.
El séptimo es Vicente Mortes (19201991). Nacido en Valencia y de origen humilde, era ingeniero de caminos, y militó en Falange. Muy cercano a López Rodó, después de ser director general de Vivienda ascendió a ministro de Vivienda en 1969, cargo que ejerció hasta 1973.
Con estos ocho componentes del Opus Dei, por gabinetes ésta fue la relación que los gobiernos de Franco tuvieron con la Obra.
En el gabinete constituído el 25 de febrero de 1957, pertenecían al Opus Dei Mariano Navarro Rubio en la cartera de Hacienda, y Alberto Ullastres en la de Comercio
En el constituído el 10 de julio de 1962, lo eran una vez más Mariano Navarro Rubio en Hacienda y Alberto Ullastres en Comercio, a los que se unía ahora Gregorio López Bravo en Industria
En el del 7 de julio de 1965, se produce el relevo, y junto a él la presencia más grande que el Opus Dei alcance en un gobierno de Franco. Permanece López Bravo en Industria, pero ya no están ni Navarro Rubio ni Ullastres, reemplazados por Juan José Espinosa en Hacienda y Faustino García Moncó en Comercio, a los que se une Laureano López Rodó en el Plan de desarrollo. Cuatro ministros nada menos, todos ellos, como se ve, en las carteras de economía.
En el gobierno del 29 de octubre de 1969, el llamado "gobierno de los lópeces" consecuencia del estallido del escándalo Matesa, pertenecen todavía al Opus Dei Gregorio López Bravo, ahora ministro de Asuntos Exteriores; Vicente Mortes, ministro de Vivienda; y Laureano López Rodó, en el Plan de desarrollo.
En el gabinete del 12 de junio de 1973 se atisba el declive. En él, sólo pertenece al Opus Dei López Rodó, que reemplaza a López Bravo en Asuntos exteriores. Es por ese entonces que circula el ingenioso el chiste del que llama al ministerio preguntando por el Sr. López Bravó y le responde el telefonista: “No, el Sr. López rodó”.
Y en el de 5 de marzo de 1975 sólo pertenecía al Opus Dei Fernando Herrero Tejedor, en la secretaría general del Movimiento, con cuya desgraciada muerte se produjo la del último miembro del Opus Dei, no en los gobiernos de España, pero sí en los de Franco.
©L.A.
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