Carta abierta:

Pornografía y adicción al sexo están detrás de muchos abusos sexuales.

¿Le ponéis un trono a las causas y luego os escandalizáis?

A más hipersexualizada esté la sociedad más abusos, ¿de qué os sorprendéis? Estáis viendo las consecuencias de lo que lleváis décadas promoviendo.

¿Acaso pensáis que esto se soluciona poniendo puntos violetas en las fiestas de los pueblos? Bobos.

Eso solo sirve para tranquilizar las conciencias de que hacéis algo. Los problemas no se solucionan si no se ataja la raíz. La revolución sexual ha creado una mentalidad porno.

Lo que hay que hacer es reconocer que estáis equivocados. Humildad. No podéis educar a los jóvenes en que la búsqueda del placer sexual es un dios y luego esperar que no pase nada. No podéis defender la bondad de la pornografía y luego pretender que se respete a las mujeres.

Habláis de consentimiento externo en el sexo y no tenéis ni idea de que la sexualidad tiene más que ver con el alma que con el cuerpo. Os lleváis las manos a la cabeza de que se use el cuerpo de las mujeres pero no queréis escuchar que vosotros con vuestras leyes sois cómplices.

Vuestras revoluciones pornosexuales lo que muestran es que sois adolescentes caprichosos que se revelan contra sus padres y creen que hacer lo que les dé la gana no tendrá consecuencias. ¿Y si visión cristiana del hombre y la mujer contra la que os habéis revelado tiene razón?

Diréis para excusaros que en la Iglesia hay escándalos sexuales. ¿Sabéis por qué los hay? Por cristianos ilusos que se creyeron que la revolución sexual tenía que entrar en los seminarios. Por dejarse engañar iban a hacer una Iglesia más cercana y moderna. Lo estamos pagando.

Vais de machos alfas y de súper feministas y resulta que un escándalo sexual os pone en la verdad de lo frágiles que sois. Podéis poner un punto violeta en el hemiciclo. Podéis dar discursos mesiánicos de que esto jamás volverá a suceder y que ello será gracias a vosotros. 

Podéis hacer leyes y leyes de sexualidad como losas sobre la verdadera libertad de las personas. Así justificáis que tenéis derecho a ideologizar a los niños. Podéis vomitar y echar pestes sobre el que cometió los abusos y decir que no era de los vuestros para sentiros mejor.

Pero insisto, nada de eso vale: o se va a la raíz del problema o cada vez el problema será más grande. O reconocéis que la antropología que seguís es mala o no hay nada que hacer. O renegáis de la revolución sexual o seguiréis poniendo parches al desastre que promovéis.

Solo una educación integral de cuerpo y alma, basada en las virtudes puede ayudar a vivir en el verdadero respeto y amor al hombre y la mujer. Mientras tanto, cada vez va a haber más adictos al sexo por culpa de la pornografía. Y va a habermás víctimas de abuso sexual como fruto.