Ya está bien de crisis, al menos, en los fines de semanas, y ante el mes oficial de las vacaciones. Sobre todo, si tenemos en cuenta lo que nos dice el doctor Mario Alonso Puig, uno de los expertos en medicina, quien primero fue cirujano y después cambió el bisturí para dedicarse a impartir conferencias y seminarios sobre liderazgo, creatividad y gestión del cambio. Veintiséis años como cirujano le han enseñado que lo orgánico y lo mental están más relacionados de lo que pensamos. Así, dio con la psico-neuro-inmunología, la ciencia que demuestra el impacto de los pensamientos en la salud. Como para tomárselo a broma.
Por eso, en este tiempo de descanso, nos convendrá cambiar de aires mentales, y pasar de la negatividad a los pensamientos y actitudes positivas. "Hay una relación clara, nos dice el doctor Puig, entre los estados mentales y biológicos. Creemos que un pensamiento, como no se puede pesar ni medir, no tiene capacidad de cristalizar en lo físico. Pero está demostrado que el sistema nervioso vegetativo simpático reacciona ante los estados de ánimo negativos: sobrecarga en el corazón y los vasos sanguíneos, aumento del colesterol negativo en sangre, hipertensión arterial, desajustes en sistema digestivo, afectando al sistema inmunológico, que funciona peor, y a la sexualidad".
Ahí es nada. Los datos científicos han de ponernos en guardia, y buscar, al menos en los fines de semana, zonas de positividad, horizontes luminosos, ideas nuevas, relaciones humanas que nos sirvan de brisa suave contra el sofoco de cada jornada. El ritmo de vida actual y la falta de tiempo desatan las enfermedades relacionadas con la ansiedad y la depresión. En España, hay seis millones de personas con síntomas de depresión y el consumo de antidepresivos se ha triplicado en los últimos diez años. ¿Solución? En buena parte, suele estar en nuestras manos.
El doctor Puig nos habla de lo que él llama "la fórmula del bienestar", con tres claves sencillas pero apasionantes: primera, "sé el capitán de tu destino", no esperes que los demás hagan los cambios por ti y utiliza la imaginación para hacer algo que en principio no parece razonable. La queja no lleva a nada. Segunda clave: "aprende a priorizar", hay que saber decir "no" a aquello que es urgente pero no importante. No somos perfectos y es imposible llegar a todo. Tercera clave: "relájate", la respiración abdominal mejora la sintonía de ritmos cerebrales. "Cuando tengas un momento de tensión imagina que inspiras aire de color verde y lo expulsas gris". Como podemos apreciar, son claves muy sencillas, que se encuentran al alcance de todos. Ojalá, los fines de semana veraniegos, el contacto con el mar o la montaña, la retirada y el sosiego, nos traigan esa fuerza mental que necesitamos, y no sólo por motivos médicos, sino porque la vida se nos convertirá en sonrisa y en promesa. A veces, podemos creer que el laberinto de la vida y de la historia nos envuelve sin salidas posibles. No es cierto. La claridad está a nuestro alcance. Sólo hace falta abrir de par en par las puertas de la inteligencia para que entre la luz, templar nuestra conciencia libre y darnos cuenta, como nos decía san Agustín de que "cuanto más se abaja el corazón por la humildad, más se levanta hacia la perfección". En lo sencillo, está la solución.