Existe general acuerdo en que dicho debate pasa por tres fases muy concretas, a la primera de las cuales, llamada genéricamente “la primera investigación” y de manera más técnica el Die Leben Jesu Forschung, (Investigación sobre el Jesús histórico), nos vamos a referir hoy, dejando para otro día las otras dos fases.
Pues bien, dicha primera fase se abre con la obra que Reimarus titula Acerca del propósito de Jesús y el de sus discípulos, publicada en 1774 una vez muerto, en la que esboza lo que llamaríamos “la teoría del engaño”, resumida en esta idea:
“Tenemos justificación para trazar una distinción absoluta entre la enseñanza de los apóstoles en sus escritos y lo que Jesús mismo proclamó y pensó en su propia vida”.
Según Reimarus, lo único que había hecho Jesús era proclamar la proximidad del reino, postularse como el mesías, e intentar excitar la rebelión del pueblo judío. El “aparato teológico” del que es arropado, no es sino obra y adición de sus discípulos. Ellos son los que inventan el fraude de la resurrección, ellos son los que rompen con el tronco común judío, ellos son los que convierten el mesianismo militar de Jesús en un mesianismo espiritual y filantrópico. En cuanto a los milagros que realiza Jesús, Reimarus halla para ellos siempre una explicación natural, y cuando no lo consigue, los reduce a falsos.
También la que denominaríamos “teoría del mal entendido”, que debemos a la Escuela de Historia de las Religiones y a su preclaro representante Wilhem Bousset (n.1865-m.1920), quien en su obra "Jesucristo. Historia de la fe cristiana desde el cristianismo hasta Ireneo" sostiene que la fe en Jesús está más relacionada con la aportación que hacen los cristianos de segunda generación procedentes del paganismo, que con lo que piensan los propios cristianos de origen judío del entorno más cercano a Jesús. En definitiva, se habría tratado de un proceso más de esos tan familiares al paganismo de corte clásico consistente en la divinización de un héroe.
La expresión por último más radical de esta tendencia es aquélla a la que ya nos hemos referido en otra ocasión, la que abre Bruno Bauer (n.1809-m.1882), quien da todavía un paso al frente al afirmar que la falsedad sobre Jesús no se refiere sólo a su biografía, sino a su misma existencia histórica, y tras él la que se da en llamar la la Escuela radical holandesa.
©L.A.
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