Antes de empezar recalcar que en asuntos de principìos (y la naturaleza antropológica del ser humano, de la que surge el matrimonio, es una realidad fundamental) el voluntarismo de la opinión pública, sea ésta manipulada o real, es irrelevante, como si opinara sobre si hay que respetar la fuerza de la gravedad o las leyes de la física. Teniendo ésto como premisa fundamental entramos en materia

El lobby gay, contando con la complicidad del partido que gobierna la nación escocesa, quierer, con la fuerza coactiva del Estado, imponer como matrimonio las uniones, contrarias a la biología y a la anatomía, de parejas homosexulaes.



 
Ello a pesar de que se opongan dos tercios de la población  escocesa, tal como ha constatado una macroencuesta superrepresentativa de la realidad de Escocia.




Nicola Sturgeon (la Deputy First Minister of Scotland) quiere imponer esta tiránica e ilegítima ley (en la que tiene competencias legales) de acuerdo con el primer ministro del Partido Conservador, David Cameron, el cual ha prometido hacerlo, tal como indica la noticia, aunque sea contrario a la voluntad de sus votantes ("despite unease under his own MPs and his core Conservative supporters")


Camerón y el Partido Conservador actúa con respecto a  las uniones aberrosexuales como  Mariano Rajoy y el Partido Popular:
- traicionando la voluntad y los valores de sus votantes


 


En conclusión, teniendo en cuenta la premisa del primer párrafo, en la cual no cree el lobby gay (el cual no es el defensor de los intereses de las personas homosexuales sino de los activistas homosexualistas) ni los políticos liberal-relativistas,  la voluntad democrática de la población para los uranitas y para sus cómplices políticos sólo se respeta si coincide con la suya. Si no, hay que pisarla.

Y para  ello no dudan en la imposición de leyes y en el uso de recursos públicos, pagados por todos, en beneficio de los intereses de unos pocos.