Una asociación norteamericana, supuestamente dedicada a defender la libertad religiosa, ha publicado un anuncio pagado -mejor dicho, mil doscientos anuncios-, en los principales medios de comunicación de Estados Unidos afirmando, entre otras cosas, que los obispos católicos son la principal amenaza contra la libertad, porque quieren imponer sus principios morales a toda la sociedad.
Esa acusación viene a cuento de que la Iglesia en Estados Unidos está liderando una batalla heroica contra el presidente Obama porque es éste el que, mediante una ley, obliga a todas las empresas a financiar abortivos a sus trabajadores. La Iglesia dice, con razón, que el que obliga es el que va contra la libertad y, sin embargo, los amigos de Obama acusan a las víctimas de ser ellos los culpables. La estrategia es vieja. Ya la utilizó Nerón, que echó a los leones a los cristianos con la excusa de que habían incendiado Roma. Hoy los nuevos tiranos tienen la mayor parte de los medios de comunicación a su favor, por lo que les resulta más sencillo repetir la vieja historia.
Pero la noticia se vuelve más interesante y reveladora si se sabe que detrás de estos anuncios calumniosos contra los obispos están unos patrocinadores muy especiales y poderosos: Soros -el financiero que maneja la economía mundial y que forzó nada menos que a Inglaterra a doblegarse por sus presiones contra la libra-, Bill Gates, Microsoft y otros. Ellos están pagando una ingente cantidad de dinero para que ese anuncio se repita mil doscientas veces en los principales medios de comunicación norteamericanos. Es evidente que detrás está el deseo de que Obama repita como presidente, pero creo que lo que es también evidente es que se profundice en el programa laicista que abandera el actual inquilino de la Casa Blanca. No es la persona la que importa, sino lo que defiende y representa. Por eso no les ha importado a los "amos del mundo" que ganara el conservador Cameron en Inglaterra, pues saben que está llevando a cabo una política peor aún que su predecesor en aspectos de familia y de libertad religiosa; al contrario, les gusta que la izquierda y la derecha se alternen en el poder porque así se da más apariencia de democracia, pero siempre y cuando los que manden sean los mismos y no se salga nadie del guión establecido.
Desde esta perspectiva quizá podemos entender lo que está pasando en España. No es que Rajoy vaya a cambiar todo lo que dejaron mal hecho sus predecesores. Pero lo poco que ha dicho que va a modificar les ha puesto tan nerviosos que el acoso contra él y su gobierno es asfixiante. De nada sirven las reformas, como estamos viendo, para calmar a los mercados, luego entonces es que esos mercados lo que desean no es más reformas, sino que lo que quieren es precisamente que no se hagan reformas: que no se toque la ley del aborto, ni la educación para la ciudadanía, ni el matrimonio homosexual. Que no se modifique nada de eso no vaya a ser que alguien en Iberoamérica nos copie y se derrumbe el plan que llevan desarrollando desde hace décadas. Y para conseguir sus objetivos acosan a España -y a Italia, otro país católico-, empujando hacia donde ellos quieren: un gobierno de concentración nacional con los socialistas que tuviera como única condición no modificar nada de la política social que estos últimos habían dejado bien atada. ¿Está Soros detrás de esta estrategia? ¿Es el mercado tan ciego y tan avaro que no hay intencionalidad política en sus decisiones? ¿Se explica todo por los excesos en el gasto que hemos cometido o estos excesos más que causas son excusas?
De momento, estos amos del mundo y siervos del señor de las calumnias han puesto un buen fajo de millones sobre la mesa para insultar a los obispos católicos norteamericanos y que gane Obama las elecciones. Esto es un dato. Lo demás es más que probable.
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