El interesantísimo experimento están a punto de aprobarlo en California, donde ya ha pasado positivamente por el filtro del Senado, y si ahora lo aprueban los Representantes (tampoco está mal el sistema norteamericano, ¿ein?, con dos camaritas para cada uno de los cincuenta estados), un niño podrá tener como papás a los dos que ya tiene, del sexo que sea, y también a un tercero/a. Por poder, el proyecto de ley prevé que pueda tener, incluso, hasta un cuarto papá/mamá.
El caso arranca de una situación de lo más innovadora desde el primero de sus actos. Acontece que un niño es hijo de dos lesbianas que acaban la una en la cárcel y la otra en el hospital. El padre biológico de la criatura, que mantiene excelentes relaciones con la mujer lesbiana a la que ha dado el hijo pero que no es el padre legal del niño, solicita su tutela, rehusándosela la justicia, que envía al pobre chaval a una familia de acogida.
Eso sí, para que el estado munífico y benefactor siga teniendo bien en la mano la capacidad de decidir en cada momento el modelo más conveniente para cada familia, la concesión de esos padres suplementarios queda en manos de los jueces, faltaría más, que las cosas hay que hacerlas bien, que para hacerlas de cualquier manera no las hacemos
El Partido Republicano, como siempre poniendo palos en las ruedas del progreso ineluctable y redentor, no ha tardado en expresar su oposición, afirmando que el presente proyecto de ley abre la puerta a las familias “¡de seis, ocho o hasta doce padres!” ¡Atajo de fachas, siempre exagerando! La Association of Certified Family Law Specialists, que debe de estar formada también por otra buena partida de carcamales o de catolicones preconciliares, ha realizado una observación, absurda como todas las provenientes de los que se oponen a los muníficos proyectos que nos proponen continuamente desde las filas del progresismo. “Sabemos que la mitad de las parejas se separan y se pelean por la tutela de los niños. Si un divorcio ya es complicado para un niño con dos padres, ¡imagínese Vd. para un niño con cuatro!” ¡Tonterías! Ya no saben qué decir para alarmar a la sociedad.
Y es que afortunadamente, en occidente vamos camino ya de superar el modelo anticuado, obsoleto, perverso que imperaba hace apenas cuatro o cinco décadas, por el que un papá y una mamá ¡sólos ellos y sin más ayuda! se echaban a la espalda cuatro, cinco, y hasta ocho y diez churumbeles, ¡habrase visto semejante irresponsabilidad!, para pasar al mucho más estable y enriquecedor modelo actual, en el que un niño, que viene al mundo mediante inseminación artificial después de haber dejado en la cuneta a varios de sus hermanos que por llegar en momentos poco convenientes eran eliminados, se encuentra protegido y tutelado por tres, cuatro, ocho, diez progenitores de todo tipo...
Díganme Vds., de verdad, ¿es que hay que ser muy inteligente para reconocer que es mucho más racional y conveniente?
Díganme Vds., de verdad, ¿es que hay que ser muy inteligente para reconocer que es mucho más racional y conveniente?
©L.A.
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