*Almanauta: Persona que no se conforma y que no se deja llevar por las apariencias. Persona que trasciende lo que hay y lo que llega. Persona que no se acobarda y que mira el amor a la cara.
Almanautas. Y todo aquello que tenga que ver con el espíritu. Cualquier detalle, palabra, acción. La lectura de un libro, el beso a nuestros seres queridos, la limpieza de la casa, ir a la piscina y flotar en esa transparencia del agua... La vida espiritual lo es todo, lo informa todo. Pero sin rarismos ni pesadez. Lo de siempre. Hacer la cama o escribir un poema o la lista de la compra. Leer el periódico y poner en orden la ropa. El almanauta es una persona normal, que disfruta de la vida, que toma el sol, que se cansa o no puede más, que ama con el sexo y con la sonrisa y la entrega y la sinceridad y la paciencia. El almanauta boga por las estrellas y bucea por la belleza, y quiere ser feliz no a costa de los demás (eso es un bulo pero no felicidad) si no por y para ellos, poniéndose en su lugar. Mujeres y hombres de ideales altos y de sueños que no se rinden. No importa lo que digan o murmuren las comadres. El caso es perseverar en el azul del cielo y en la ternura de la luz y en la pureza del alma. Cada día es una revelación de gozo. Los almanautas no pierden ocasión de embeleso, de trascender una llamada de teléfono, un correo, un brillo, una flor o un atasco en el tráfico. El almanauta no es un panoli o un ingenuo. Indaga en la mirada y en los versos y en Dios y en la fronda de los árboles (llevo días dando vueltas a las flores de unos magnolios). Los raros son los que prescinden del alma para vivir. ¿Qué vida es esa, qué vida puede respirarse de esa forma? La angustia, el ahogo, la depresión en buena medida proceden de esta falta de fe y de alma. Y ¡qué pocos creen de verdad en la belleza, y en el milagro que es la ternura! Basta una caricia, basta hacer bien las cosas, basta ser coherente con la poesía que intuimos en el mundo. El mundo, el mundo. Parece que se ciernen sobre él solo catástrofes y blasfemias. Pero el mundo, si os fijáis con detenimiento, es de los amantes, de todos esos almanautas que no tienen miedo a nada.