La parte septentrional de Nigeria es mayormente musulmana, y la meridional es cristiana, y el presidente Goodluck Ebele Azikiwe Jonathan es cristiano, pero no puede hacer frente al movimiento islamista Boko Haram que pide explícitamente la expulsión de cristianos y el asesinato de aquellos que permanecen en el país.
Boko Haram es financiado por Arabia Saudita.
Por primera vez, un prelado, el arzobispo de la capital, monseñor John Onaiyekan, ha reconocido que los cristianos deberán constituir grupos armados de autodefensa en las iglesias, “dentro de los márgenes de la ley”.
El arzobispo de Abuyá justifica los comités de autodefensa de las iglesias por “la ausencia del Estado central”
Pese a que los cristianos “no se sienten defendidos por las autoridades”, Onaiyaken fue contundente al afirmar que no se irán del norte de Nigeria: “Es nuestra casa, no pensamos huir”. Amenazados en sus casas, lugares de trabajo e iglesias, los cristianos nigerianos “se van a defender con un servicio de seguridad entrenado, dentro de los límites de la ley”.
Nueve estados norteños de Nigeria están en manos de gobiernos locales islamistas que desde 1999 han impuesto regímenes jurídicos inspirados en el Sharí´a —la ley islámica—, en un abierto desafío a la Constitución y al gobierno federal. Las huestes de Boko Haram están llevando a cabo una lenta y eficaz limpieza religiosa.
Únicamente los reaccionarios extrema izquierdistas, relativistas-nihilistas morales y los multikultis criticarán las palabras a favor de defenderse del prelado católico, mientras se abstendrán de criticar el islamismo. Todos ellos saben que los grupos cristianos de Nigeria no les harían nada, todo lo contrario de los islamistas que les despedazarían. Por lo que es gratis y más fácil criticar al prelado que a los líderes islamistas. Los islamistas de Boko Haram cuentan con la ayuda de los salafistas que pululan por España, y que aspiran a reislamizar la península ibérica.
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